Siendo deportivos y amando este deporte tal y como lo amamos no cabe otra cosa que felicitar al Maccabi por su victoria en la Final Four 14. Al igual quería felicitar personalmente, y uniendo este artículo con el anterior de nuestro blog, al “guipuzcoano” Devin Smith por su actuación de ayer donde fue el jugador de su equipo que más minutos jugó en los que aportó 15 puntos y 7 rebotes.

La final Four de este año contaba con la participación de un Madrid que partía como favorito por méritos propios. Tenía al MVP de la competición, Sergio Rodríguez, completó una primera fase inmaculada sin ninguna derrota, en el Top16 acabó segundo pero dando la sensación de que era el número 1. Ha liderado casi todos las estadísticas como equipo, las de puntos anotados por partido, puntos acumulados, valoración, con Rudy empatado en este apartado con Langford que ha sido el primero en toda la temporada. Además, en unos Play-Off apasionantes había eliminado al actual campeón, al Olympiakos del Pireo, de Spanoulis; de los guerreros helenos más fieros de Europa. Es decir, que el Madrid se había colgado, o le habíamos colgado el cartel de favorito con toda justicia y merecimiento.

El Barcelona también tenía argumentos para pensar en la victoria. La solvencia y su progresiva mejoría eran sus pilares donde fundamentaba sus posibilidades para llevarse la Euroliga. Después de una primera fase dubitativa pero efectiva, llegó el Top16 donde se mantuvo invicto hasta las dos últimas jornadas donde ya tenía la primera plaza asegurada y se dejó llevar; y como no puede ser de otra manera en esta competición perdió ambos partidos. Eliminó al Galatasaray por la vía rápida en los Play-Off y se plantó el primero en Milán para esperar rival. Era el Madrid y ya vimos lo sucedido. Los blancos pusieron la directa en el tercer cuarto, que fue todo lo que aguantó el Barça, y evitaron que los blaugranas tuvieran la opción de llevarse la tercera Euroliga.

El CSKA sueña y trabaja desde hace seis años para llevarse una Euroliga que se le resiste por varios caminos. Hace dos años perdió la Final frente al Olympiakos en un partido que tenía ganado y que lo perdieron en el último segundo. El año pasado tropezó en la misma piedra helena y este año una mezcla de los dos; perdió en el último segundo ante los macabeos y los que posteriormente serían los ganadores. Al menos les queda ese consuelo; pierden siempre con el campeón.

Los rusos se lo deberían hacer mirar. La Final Four es una competición diferente, se enfrentan los cuatro mejores equipos del continente pero con la peculiaridad de que lo hacen al mejor de un sólo partido, a una carta, todo o nada. Esta fórmula no se adapta a las características del CSKA. Es una cuestión de ser, de actitud, no de aptitud. Son buenos, eso nadie lo discute, pero el día determinado a la hora concreta no se encuentran; o llegan tarde o no llegan.

Todo lo contrario les ha ocurrido al Maccabi. El día determinado para la gran fiesta del baloncesto europeo llegaron y estuvieron hasta el final. El viernes fueron constantes y cuando el partido ya agonizaba cogen un balón que perdió el CSKA en medio del campo y Rice que pasaba por ahí se fue directo a la canasta rusa y logró la victoria que le llevó a la gran final. Allí le esperaba el favorito, el número uno, pero ellos creían en sus posibilidades. No hacían caso a los que les tachaban de víctimas. Estuvieron los cuarenta minutos dentro del partido. Fueron constantes y guardaron todo lo mejor para el final. Explotaron en la prórroga con un Rice que anotó 21 de sus 25 puntos en el tiempo extra. Es un chupón, estamos de acuerdo, pero el equipo se rindió ,a su magia y si nos fijamos en el resultado debemos decir que han acertado.

Tenía pensado haber comenzado el artículo con la máxima de A. Daimiel que dice que no hay gran equipo sin gran victoria. Estoy en totalmente de acuerdo con esta frase. Si construyes un gran equipo, con grandes individualidades, con un gran entrenador al frente y con grandes partidos y victorias pero el día que tienes que llevarte a casa esa gran victoria, ese gran campeonato no ganas, aunque te hayas quedado en las puertas del Olimpo, ese equipo al final de los tiempos no será recordado. Aunque a algunos les pese pero la dureza del deporte a gran escala es así. Tan sólo queda el campeón.

Al final opté por este otro título. Fueron a la Final Four tres claros candidatos y un invitado. Pero lo que ocurrió fue que éste último llegó a la fiesta y se quedó con la casa. Zorionak Maccabi!

Baloncesto y algo más.

Gonzalo de Guzmán.