>

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

Mi película nocturna

 

 

Siempre he hecho alarde de no tener televisión. Durante muchísimos años en mi casa no existió el citado aparato. Luego, hube de comprender a mi hija que, con siete años, me explicó que se sentía desubicada porque no sabía quién era Espinete y sus amigas sí. Así que fui corriendo a la tienda de la esquina. Pasaron los años y aquel televisor –sin mando a distancia- estuvo presidiendo el salón familiar como un mastodonte del siglo pasado. Su pantalla sólo se iluminaba para reproducir películas que salían del lector que reposaba a su lado. Y cuando arremetí –el año pasado por estas fechas- contra parte de mi pasado y puse mi casa patas arriba, limpiando, tirando, puliendo, lijando, pintando y cambiándolo todo, aquel aparato –que funcionaba todavía- salió de mi casa siendo sustituido por una pantalla extraplana y todo lo grande que me pude permitir.

Para ver mis películas cada noche. Sólo para eso aunque parece ser que también se pueden sintonizar más de 200 cadenas de televisión, pero todavía –y ha pasado un año- no me he puesto a ello. Yo quiero la PANTALLA y los buenos altavoces para ver cine. Que es, junto con la lectura, uno de mis soportes nocturnos cotidianos.

 Es lo que tiene vivir sola, que las noches hay que llenarlas con algo más que conversaciones o silencios. Así que, cuando se acaba el día y nadie se ha ofrecido a compartir la velada conmigo –o yo no se lo he solicitado a nadie- mi plan es invariable: una película. No estoy abonada a ningún canal, sino que me proveo de ellas en formato DVD que tomo prestadas de la Biblioteca o alquilo en el video Club. O que mis amigos me pasan en un soporte externo. Si apuntara en un cuaderno todas las películas que visiono –incluso más de una vez- como hago con los libros que leo, necesitaría resmas de papel…

 El hecho de ver una película antes de acostarme, a veces con la bandeja de la cena en las rodillas, me relaja y me predispone a un buen sueño y a diluir en alguna parte de mi cerebro los acontecimientos de la jornada, sobre todo cuando estos han sido perturbadores, cansinos o simplemente rutinarios.

 Cuido con esmero el tener siempre bien surtida mi videoteca para poder elegir una película acorde con mi estado de ánimo. Romántica cuando estoy rabiosa, de acción cuando estoy romántica. Cine de autor cuando no tengo ganas de pensar y una comedieta ligera si mi ánimo está en exceso introspectivo. Pura compensación de la cosa.

 

 

Ayer noche ví “Another year”, la última película de Mike Leigh –inglesa donde las haya, que no trata ningún tema en concreto pero que utiliza la yuxtaposición de los temas vitales como la soledad y el amor, el egoísmo y la bondad, la muerte y el nacimiento. Personajes absolutamente creíbles, de esos que todos conocemos o que nos está tocando interpretar en este momento. Reflexionar con media sonrisa y valorar lo que se tiene sin condolerse por lo que a uno le falta.  Para meterse luego en la cama con ganas de abrazarse a un peluche cualquiera.

 

 

 

El viernes cayó “El cambio”, )The shift) basada en la obra de Wayne Dyer, escritor artífice de la psicología humanista –siguiendo la ruta de Isaac Maslow- cuyos libros de autoayuda tanto me gustaron hace veinte años. ¿Quién ha podido olvidar el famoso “Tus zonas erróneas”? Y “Tus zonas mágicas” o “Tus zonas sagradas”. Visto ahora, desde la madurez plena, es como el cuento de El Principito leído a los adultos. No obstante, me dejó un buen regustillo, más que nada porque sentí que yo era perfectamente capaz de adaptarme a todos los “cambios” precisos para seguir siendo feliz como una lombriz. La recomiendo como una infusión dulce y placentera.

 

 

  

También he visto “Redención”, -traducción literal del título original: “Tyrannosaur” (manda narices)-, lo último de Paddy Considine con muchos premios y menciones en su haber. De factura inglesa también y demoledoramente trágica y como dice la crítica “un sólido relato de supervivencias angustiadas y por cuyas rendijas se cuela el helado aire social de estos tiempos de derrota y desazón.” Ideal para irse a la cama pensando que una es una privilegiada porque no le pasan las cosas que les ocurren a los protagonistas. Aunque pueda estar ocurriendo en la puerta de al lado…

  

 

 

 

“El exótico hotel Marigold” de Jonh Madden cayó el martes. Después de un día horrendo de posiciones encontradas que puso a prueba mi serenidad intelectual –o los restos de ella- esta comedieta me supo a gloria bendita. Las películas inglesas rodadas en India y con sabor rancio a colonialismo siguen teniendo su (maldita) gracia.

 

 Pero mi joya recién descubierta ha sido la serie “In treatment” (“En terapia”) una serie del año 2008-2010 con 160 capítulos. Cuatro paredes y muy pocos personajes. Un psicoanalista y sus pacientes. Un psicoanalista y su psicoanalista. Cada capítulo es un ensayo actualizado sobre el alma humana y como la duración es tan sólo de 25’ da tiempo de sobra a que el mensaje cale en lo más hondo. Lo bueno si breve dos veces bueno. Para los amantes de saber lo que ocurre por “ahí adentro”. Sin paliativos. Contundente. Magníficos guiones.

 Estas películas –y muchas otras más- son las que no me hacen añorar la compañía en el sofá de la sala. Al cine de verdad, apenas voy ya y bien que lo siento, pero nunca me ha gustado ir sola y no sé porqué pero a mis amigas y amigos siempre se les ocurre un plan mejor a la hora de salir por ahí, así que me adapto tranquilamente.

 Eso sí, no hay película que valga si estoy en buena compañía…

 En fin.

 LaAlquimista

 Por si alguien desea contactar:

Laalquimista99@hotmail.com

 

 

 

 

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


noviembre 2012
MTWTFSS
   1234
567891011
12131415161718
19202122232425
2627282930