>

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

El mundo no se acaba. 14 de Febrero y sin pareja

 

Este año me ha pillado el catorce de Febrero sin pareja que llevarme a la boca. Sin un hombre que me regale chocolates en forma de corazón ni prepare para mí una cenita con velas y postre “especial”. La vida es así, a veces toca y otras veces no, no hay que desesperarse por ello.

El hecho de no tener pareja es también una de las elecciones que libremente tomamos quienes nunca hemos temido ni a la soledad ni aguantamos al lado de alguien por creer que así estaremos mejor aunque haya más silencios que suspiros de amor, así que el precio es pasar el “Día de los Enamorados” paseando con el perro que, dicho sea de paso, no regalará bombones, pero tampoco “muerde”.

Las personas que están sin pareja se dividen en dos grupos: las que lo están por decisión propia y quienes se ven obligados por las circunstancias. Es decir, unos porque quieren y otros porque no les queda otro remedio y entre unos y otros conforman un espectro muy alto de la población no solamente adulta sino joven también. Tener líos de fin de semana es algo muy habitual a cualquier edad, pero aquí no cuenta para lo que estamos hablando.

San Valentín fue un obispo insurrecto que casaba a las parejas a escondidas –sobre todo si había embarazo de por medio- y por eso se hizo famoso; luego le dieron “santo en propiedad” y pasó varios siglos sin pena ni gloria hasta que lo descubrió un becario de unos grandes almacenes y fue un “trend topic” un catorce de febrero y desde entonces, hasta hoy. Lo que empezó siendo una campaña publicitaria acabó convirtiéndose en costumbre social e imaginería popular irreversible.

Hoy habrá muchas cajas con bombones rellenos de licor bien amargo en su interior y no pocas colonias mezcladas con unas gotitas de hiel. Y algunos detalles sinceros y otros descomunales, en función inversamente proporcional a aquello que se desea obtener o hacerse perdonar. Un buen ramo de flores tapa con su perfume –aunque sea de spray- algún que otro tufillo que anda por ahí. Pero, en definitiva, las parejas que se quieren bien seguro que lo recuerdan y las que se quieren mal… más todavía.

Pero quienes no tenemos pareja no por ello estamos exentos de amor. El amor es un sentimiento que no tiene peso específico ni queda patente necesariamente en el rostro de quien lo siente; uno no va por la calle con el rostro lleno de amor para que todo el mundo lo contemple y se entere, aunque sí que es verdad que un cierto brillo en los ojos y en la sonrisa suele ser difícil de ocultar. Los que no tenemos pareja cuando llega el catorce de Febrero no debemos ponernos ni tristes por no tener con quién celebrar, ni contentos por no tener a quien soportar.

Si nos apetece podemos hacer un pequeño e íntimo “revival” de la última vez que lo celebramos en compañía y suspirar recordando los buenos tiempos. O que por fin nos hagamos el regalo que tanto deseábamos y que nunca nos hizo aquella pareja que parecía eterna y que fue mortal por necesidad.

Alegrarnos en cualquier caso por el amor que no está circunscrito en absoluto al ámbito de la pareja, que no es un juego limitado a dos personas, que puede ser disfrutado expandiéndose a los hijos, a la familia, a los amigos… Porque esta sociedad está tan compartimentada que a veces es difícil encontrar la etiqueta correspondiente. Hay el día de la madre, el del padre, el de los enamorados, el de toda la gama de enfermedades, el de los muertos, el de los vivos, el de las brujas y el de la Luna. Se celebran fechas de desembarcos y victorias, de derrotas y masacres, toda la pena y la gloria que provoca el ser humano tiene su pequeño espacio en el calendario y con esa excusa se come más, se bebe más, se gasta más dinero porque celebración es siempre igual a dispendio exagerado y social.

Los que hoy estamos enamorados de la vida también tenemos algo muy importante que celebrar y eso lo sabemos en el interior de nuestro corazón. No necesitamos hacer alharacas con papeles brillantes y lazos rojos; nos basta con sentir en nuestro interior que la vida, esa maravillosa vida que a todos se nos ofrece, la estamos disfrutando con ilusión, tesón, esperanza y mucho amor. Aunque no tengamos pareja, faltaría más…

En fin.

LaAlquimista

Por si alguien desea contactar:

Laalquimista99@hotmail.com

 

 

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


febrero 2013
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728