>

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

Crecimiento personal. “El rol que nos adjudicamos”

 

Hay quienes piensan que en la película de nuestra vida tenemos que interpretar un papel predeterminado; por los padres, la sociedad, las circunstancias o simplemente el azar. Que a unos les toca el de “chico rico” y a otros el de un personaje de Dickens, y así sucesivamente hasta completar el abanico conocido de posibilidades: el bueno, el feo, el malo, la rubia tonta, el gordito sabihondo, la solterona amargada, el buscavidas de tres al cuarto, la mujer florero, el eterno galán, el chupatintas, la del guardarropía y “Curro el corto”. Mil personajes y uno más.

Pero una cosa es “la vida y sus entresijos inextricables” y otra muy distinta lo que cada uno puede hacer con ella instalándose en un “rol” que se ha ido trabajando a base de paciencia de hormiguita que carga con veinte veces su peso una y otra vez.

¿Por qué hay seres humanos que eligen –con muy poco acierto- ciertos roles denostados y negativos?

¿Qué beneficio e interés tienen en ello?

Me refiero, por ejemplo, al de la mujer “víctima y sufridora”. Esa que se complica la vida eligiendo la pareja menos conveniente y luego se la pasa  quejándose de su mala suerte. La que sigue, erre que erre, instalada en un malestar continuo sin hacer nada por darle la vuelta al forro del traje que le hace sudar. Que si muchas horas de trabajo, que si demasiadas obligaciones familiares…No le queda tiempo –ni mucho menos dinero- para sí misma; duerme mal, se le seca la piel, se le amarga el carácter. Fuma, bebe o toma pastillas en demasía…¡Pero sigue igual, sin cambiar nada en su vida!

Qué decir del hombre “sufridor empedernido” que va a su trabajo con cara mustia y vuelve de él más mustio todavía. Se le acabó hace tiempo la ilusión por la mujer, los hijos, los amigos, las vacaciones y casi todo lo demás. Sus días son de una grisura indescriptible; año tras año camina el camino elegido sin esperar nada porque no cree en nada.

Quizás sí crean que estos roles les han sido impuestos, que son una especie de yugo o cadena con grilletes de los que no se pueden liberar…y por eso ni tan siquiera lo intentan invirtiendo su vida, toda su vida, en aferrarse al “papel” que dicen les ha tocado sin querer tomar conciencia de que lo han elegido ellos.

Ayer mismo presencié una situación paradigmática. Un hombre de unos cuarenta años, amigo de unos amigos, desgranó su “mala suerte” vital en un monólogo (lástima que no fuera interior) de veinte minutos, dejándonos a todos boquiabiertos y revueltos por dentro y con las cañas calentándose.

Todo le había salido mal. Se casó de penalti porque tuvo mala pata. La mujer tenía mal carácter y dejó de trabajar. El tuvo que meter muchas horas extras y perdió el gusto por la familia. La mujer se le fue con otro y él dejó de pasar la pensión por el hijo (que pague el que se acuesta con ella, dijo). Solo de nuevo, se fue a trabajar a un país sudamericano donde se lió con una chavala de dieciocho años a la que le hizo –mala pata de nuevo- una barriga y la familia de ella lo quería casar, pero él no estaba divorciado y no podía y casi sale por piernas dejándolo todo para que no le dieran una paliza por haberla engañado diciendo que era soltero. Y se volvió a España y buscó trabajo y lo encontró pero aceptando que le pagaran en B y sin contrato y se cayó de una escalera y se rompió el brazo (el derecho) y ahora no puede trabajar y su familia no le ayuda y el Gobierno tampoco y…¡A ver qué va a hacer él con la mala suerte que ha tenido, que le ha tocado el peor papel de la película!

Alguien le dijo que iba de “víctima” por la vida y entonces se enfadó, se levantó de la mesa del bar gruñendo…¡y se fue sin pagar su cerveza!

Así que cuando todos empezaron a criticarle a sus espaldas yo me quedé callada –más que nada porque no le conocía- y pensé que, efectivamente, uno puede colocarse un letrerito interno de lectura individual y caminar por la vida con ese rol por bandera evitando tomar conciencia de que, al igual que se ha elegido ése, se podría haber elegido otro bien distinto.

Yo elegí el mío hace ya muchos años y he tenido que ir reajustándolo cada lustro más o menos…y lo que soy ahora me lo debo a mí misma únicamente. En lo bueno y en lo malo, en los aciertos y en las equivocaciones…Ya quedó atrás el tiempo de “echar las culpas” a los demás de cualquier cosa. Evité que me encasillaran en un rol determinado y me senté en la silla del director para gestionar mi propia vida.

¡Cuánto mejor me va ahora…!

En fin.

LaAlquimista

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


julio 2014
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28293031