>

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

Pagar por adelantado a cambio de nada.

 

¿Os imagináis un restaurante en el que al sentarse y hacer la comanda exigieran el pago previo de lo que se vaya a consumir? ¿Y una tienda donde hubiera que dejar 60€ a la entrada como anticipo de lo que se vaya a comprar? Pagamos “por adelantado” cuando, de alguna manera, ya sabemos qué es lo que nos van a dar a cambio de nuestro dinero. Al ir al cine siempre se pueden leer las críticas de la película con anticipación. Y al comprar el periódico ¿quién no echará un vistazo a los titulares?. O si es el caso de un Curso, Cursillo o Taller es de esperar que faciliten un prospecto, folleto o documentación al respecto para que sepamos qué enseñanzas se van a impartir.

Sin embargo, existe la muy extendida práctica de exigir un dinero por adelantado como “reserva de plaza” para la asistencia a algunos Talleres de diverso temario y, no es que me parezca mal, es que me parece fatal. Y me explico.

En fechas pasadas me sentí atraída por unas sesiones de fin de semana de “Constelaciones Familiares”, tema éste que conocí en el transcurso de mi viaje a Perú en el mes de Abril y que me interesó en gran manera. Al saber que en el mismo Donosti había un facilitador de esta experiencia, no dudé en confiar en mi instinto ¿? y poner mi deseo en marcha para poder “constelar” con una persona que se vendía como experimentado y bien formado en el asunto. Y ahí me fui con la ilusión puesta en la posible interpretación de mi caso personal. Una vez realizado el ingreso de la cantidad de 60€ -como reserva de plaza- solicité alguna información de cómo serían las sesiones, bajo qué enfoque y con qué directrices, a lo que me respondieron que “no solemos enviar ninguna información complementaria a lo que pone en la página web”, que era tan esquemático y difuso que apenas se podía entender excepto que fueras ya algo ducho en la materia.

El caso es que una docena de personas nos sentamos –en la trastienda de una conocida tienda naturista- alrededor del hombre que iba a ser nuestro “facilitador” o canalizador de energías. Obviamente cada uno habíamos acudido atraídos por la necesidad y la inquietud de aportar algo más de luz a un problema personal o a una situación familiar del pasado o del presente que no estuviera del todo solucionada. Para quien sepa de qué va esto de las Constelaciones Familiares no supondrá ninguna dificultad seguir la línea de lo que estoy tratando de contar; para los que nada saben del tema diré –muy esquemáticamente- que las Constelaciones Familiares es una terapia alternativa que toma elementos de la antropología social, la teoría sistémica y el psicoanálisis. Nada extraño ni del otro mundo, bien alejado de cualquier esoterismo, magia chapucera o bolas de cristal con incienso incluido.

Lo curioso del tema es precisamente lo que debo enlazar con el título de este post: la obligatoriedad de pagar por adelantado a cambio de nada. Y digo esto porque, llegado mi turno y cuando iba a exponer mi caso para que se trabajara con él en el grupo, el “experto” declinó propiciar mi constelación familiar aduciendo razones de que “le iba a exigir mucha energía”. Vamos, algo así como decir: “uf, esto me sobrepasa y prefiero no meterme con ello”. La misma respuesta obtuvieron otros dos participantes que también habían pagado el 50% del importe total por intentar constelar su situación personal.

Ni me enfadé ni me dejé de enfadar; me quedé en el sitio de nadie donde suelen pasearse en mi cerebro los estímulos inclasificables. Es decir: ¿Un señor me cobra por adelantado 60€ para realizar un trabajo conmigo y luego decide que no le conviene hacerlo? Pues no pasa nada, hombre, faltaría más, me voy por donde he venido y aquí paz y después gloria.

Este ciudadano dice seguir las teorías de Bert Hellinger, ser un “experto” en el tema y por esa publicidad de su página web me sentí confiada para asistir a sus sesiones de Constelaciones Familiares.

En realidad me he quedado sin la oportunidad de comprobar la veracidad de sus afirmaciones ya que se negó en redondo –y con no muy amables y públicas palabras- a ocuparse de mi persona (y de otros dos participantes más). Así que de su supuesta profesionalidad no tengo demasiado que decir excepto del hecho de su falta de empatía y educación. ¡Ah! Y de que se quedó con mi dinero a cambio de darme nada…o la enseñanza de que no se debe uno fiar de quien te exige un dinero por adelantado sin el compromiso de darte algo a cambio o la devolución de ese dinero.

Algo hemos aprendido, qué duda cabe.

En fin.

LaAlquimista

*No indico el nombre de este señor porque no quiero hacerle publicidad gratuita.

“En las constelaciones familiares, los representantes de los miembros de una familia perciben las sensaciones de quienes representan, aunque no haya habido un contacto previo entre estas personas. Esto ayuda a aclarar los asuntos pendientes, delimitando la responsabilidad y lugar de cada individuo dentro del sistema familiar.[2]

El método consiste en que cada persona, con ayuda de representantes configura su constelación familiar; con esto se sacan conclusiones acerca del sistema, de su estado actual, buscando soluciones de los problemas que se plantean.[2]

Las personas son capaces de percibir patrones y estructuras en las relaciones, quedando estas memorizadas, sirviendo como esquemas afectivos y cognitivos que definen el actuar de la gente. Las constelaciones familiares ayudan mostrando representaciones que escenifican determinados contextos sistémicos. Los representantes de los miembros del sistema familiar perciben y reproducen la situación en general, permitiendo que surja información sobre las estructuras e interacciones en el sistema, haciendo posible el desarrollo de una solución.[2]

En la configuración de la constelación el consultante puede experimentar el proceso, primero como observador externo y más adelante como participante directo, ocupando un lugar en la representación de la solución. Dentro de la configuración están los representantes, el cliente, los observadores y el experto, y todo el grupo puede modificar sus representaciones sociales del problema planteado.[2

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

 

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


noviembre 2014
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930