>

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

Porqué no miro las esquelas

 

Recuerdo el cotidiano tesón de mi abuela, ya cumplidos los ochenta, en que llegara a su casa “La Voz de España” –con su lema Por Dios, por España y por Franco- o quizás “El Diario Vasco” –decano de la prensa guipuzcoana- para revisar las páginas donde se publicaban las esquelas, no fuera a ser que algún vecino o vecina celebrara su funeral y ella hiciera “el feo” de no asistir…

Siempre pensé que aquella práctica era morbosa, pero luego la vi reproducida en otros familiares pasados los años y hoy en día empiezo ya a tener amigos que hacen lo mismo, dicen que por ir “actualizando agendas”. En realidad, estoy casi convencida –aunque ellos lo nieguen fervorosamente- que el inconsciente les lleva a querer saber quién de su quinta fallece para reforzarles el ego un poquitín, (el inconsciente al ataque) como diciendo, mira, éramos de la misma edad y ya se ha muerto… ¡Qué parco consuelo ante la partida de alguien conocido o incluso querido y respetado!

Pertenezco a una generación que, al igual que la de los años treinta del siglo pasado, se nos ha muerto mucha gente joven. Entonces por una guerra civil, el mayor de los infortunios provocados por el hombre, y en los años setenta ochenta del mismo siglo, por la temible plaga llamada SIDA (que parece ser que también es un infortunio con paternidad humana). Sí, algunos amigos y bastantes conocidos se quedaron en el camino víctimas de ese triste destino y después, cuando ya estábamos todos avisados de lo que podía ocurrir, empezó el cáncer a hacer de las suyas y cuánta, pero cuánta gente no ha podido hacer nada “a partir de los cincuenta”…

Siempre digo que la vida de mi gente cercana la he de seguir con cariño y cotidianeidad, triste sería que mis amigos lo fueran en grado tan mínimo que me tuviera que enterar de su fallecimiento leyendo una esquela pagada por sus deudos. Porque esa es otra: hay muchísimas personas que no saldrán “en los papeles” ni tan siquiera a título póstumo. ¿Alguien sabe lo que cuesta publicar una esquela? Pues una barbaridad, desde luego, doy fe de ello. Cuando yo fallezca, ya están avisadas mis hijas, nada de tirar el dinero en lo que considero un pequeño homenaje a la última vanidad (más que a la última voluntad) del individuo; que se lo gasten en una buena mariscada y brinden con champagne a mi salud (es un decir) utilizando el dinero que siempre guardo en la caja de zapatos para las “ocasiones”.

Hay días que siento que tengo toda la vida por delante, que me miro al espejo y no tengo conciencia de ir sumando arrugas sino que miro mi rostro y recupero la sonrisa que me ayudará con el afán cotidiano. Me sigo sorprendiendo buscando la ropa que me gusta en la sección “joven” de las tiendas, ¡se me olvida que soy una adulta/mayor con todas las de la ley! (Bueno, eso todavía no, que hasta los 65 no empezaré a cobrar de las arcas del Estado lo cotizado en la friolera de 44 años)

Me sigue gustando la pizza con cerveza, remolonear en la cama los días festivos, subir fotos al face, hacer el tonto cuando me dejan y, como cada año que pasa me tomo la vida un poquito menos en serio, obviamente, ni me acuerdo de que ya tengo una edad más que provecta y que estoy viviendo en presente de indicativo lo que tantos de mi edad sobreviven en patético pluscuamperfecto.

Así que sigo pensando que la vida es un regalo (presente=regalo) y que tengo que aprovecharlo al máximo, ahora que hace frío pasear bien abrigada, cuando llueve con paraguas, no perderme el pintxopote semanal, invitar a alguien a cenar cada cuatro días, si tengo telarañas viejas cambiarlas por telarañas nuevas, bailar en la cocina mientras la sopa de pescado hace chup chup, tomarme unos días de asueto perdida y alejada de lo cotidiano, gastarme los ahorros de todo un año en unos billetes de avión, tirar la ropa vieja, echarle pimienta a lo aburrido y no olvidarme jamás del aperitivo de los sábados… y en esas ganas de vivir pues como que no entra el asunto ese de ir mirando esquelas.

En fin.

LaAlquimista

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com 

 

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


febrero 2015
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
232425262728