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Cecilia Casado

A partir de los 50

Harta de Vodafone

 

 

Escribir este post denunciando mi experiencia personal con la compañía de telefonía no ha sido fácil. Hay una especie de prurito de “vergüenza ajena” en airear las pequeñas miserias de los demás; pero cuando no existe nadie que personalice ese “los demás”, cuando no hay una persona de carne y hueso, con nombre y apellidos -que yo conozca-, detrás del abuso, el engaño y la mala fe, me quedo tranquila y convencida de que no le voy a quitar el sueño a ningún honrado trabajador ni perjudicar a nadie en absoluto.

Pero a lo que vamos.

En el verano de 2015 acepté el ofrecimiento por parte de VODAFONE para suscribir el contrato que ofrecían en su promoción especial “One”: tarifa fijo/móvil con una buena relación calidad/precio, ADSL, Servicio Box de televisión gratis durante seis meses y entrega gratuita de un teléfono móvil inteligente (smartphone) de la marca VODAFONE. Firmamos –la compañía y yo- el contrato pertinente en el que todo estaba clarísimo incluyendo por mi parte un Compromiso de Permanencia por dos años. Todo –aparentemente- correcto y a gusto del vendedor y del consumidor. Debo indicar que esta “oferta especial” me llegó a través de comerciales telefónicos que me llamaron “hasta el aburrimiento” para hacerme comprender que yo era “una clienta elegida” y que querían tener conmigo “un detalle por mi fidelidad” a la empresa después de muchos años. Piqué, como es obvio.

Firmado el contrato en el mes de Julio, recibí en mi domicilio al cabo de varias semanas el kit de televisión llamado BOX. Lo instalé y no me gustó así que fui a la tienda a devolverlo. Lo entregué y me dieron el documento correspondiente a la entrega y firmé la baja voluntaria de tal servicio –que era gratuito por seis meses. Es imaginable mi sorpresa cuando encuentro en la factura del mes de Enero 2016 el cargo correspondiente a dicho servicio. Llamé a ese número de Atención al cliente donde, si tienes suerte, te atiende alguien en tu idioma y si no la tienes hay que poner el decodificador/traductor mental español/castellano/latino pertinente.

Me informaron de que “tenía que dar de baja el Servicio en Canal Plus” –que parece ser que era el proveedor de Vodafone para tal servicio. Les dije que ni hablar, que yo ya lo había dado de baja y devuelto el aparato en la misma tienda donde había firmado el contrato y que se ocuparan ellos de sus asuntos internos. Me dijeron que esperara un momento mientras consultaban, lo que supuso 24’ de “Don’t worry, be happysalpicados de los: “No se retire Doña Cecilia por favor” pertinentes para acabar diciendo que de acuerdo, que me harían el abono correspondiente. OK. Me ingresaron en el banco el importe cobrado erróneamente a los diez días. Pero en el mes de Febrero volvió a ocurrir lo mismo. Vuelta a reclamar, a tener santa paciencia mientras volvían a chequearlo todo y un nuevo abono efectivo a los diez días. Y en Marzo, y en Abril y en Mayo. Todavía me deben la Nota de Abono última después de mis reiteradas y mensuales reclamaciones. No ponen ninguna pega a devolverme el dinero, dicen  que bla bla bla echándo balones fuera, pero cada mes tengo que dedicar media hora de mi vida a charlar con un amable empleado que, soy consciente, no tiene la culpa de nada. Empleado que revisa mi contrato, comprueba que estoy al corriente de los pagos, que tengo TODA LA RAZÓN, que me pide disculpas en nombre de Vodafone y que me asegura que “el fallo ya está corregido y eliminado”. Mentira podrida. Pobre gente, obligada a mentir para conservar su puesto de trabajo.

Paralelamente, el famoso teléfono móvil marca VODAFONE que me regalaron ¿? empezó a fallar en el mes de Marzo por el lado de la batería. Duraba seis horas como mucho y no admitía carga completa. Al estar en garantía hice la correspondiente reclamación, pero oh sorpresa!, descubrí que por “política de la empresa” las baterías de sus móviles tienen únicamente una garantía de SEIS MESES. Les da igual que la LEY –con mayúsculas- explicite que son DOS AÑOS lo obligado. Les da exactamente igual; reclama si quieres, a ver qué te cuesta más si la batería nueva o el proceso burocrático de reclamación, así que –como mi paz interior también tiene un precio- compré una batería nueva para poder seguir utilizando el teléfono que ya no me parecía que hubiera sido “gratis”.

Y como no hay dos sin tres, la semana pasada el propio teléfono móvil ha comenzado a hacer cosas rarísimas. Se queda sin línea de teléfono –ni recibe ni puede hacer llamadas-, se bloquea al encenderse y las aplicaciones funcionan como les da la gana. Comprobado que no es fallo de la tarjeta me dicen que “habría que mirarlo” y enviarlo al Departamento Técnico. ¡Un teléfono que tiene diez meses de uso.! No quiero ni imaginar la pesadilla que me está acechando…

Tengo santa paciencia –siempre la he tenido- pero lo que me aburre infinitamente es tener que atender esas llamadas robóticas “para mejorar la calidad de nuestro servicio le rogamos puntúe la atención ofrecida por Vodafone…”, llamadas automáticas cada vez que se utiliza el servicio de Atención al Cliente y que, en mi caso, está siendo reiterativo y abusivo porque ELLOS me obligan.

Y, digo yo: ¿Quiénes son ELLOS?

“Señores de Vodafone”, les escribo este post publicado en mi blog personal para decirles que me tienen “Ustedes” bien harta. Sin más. Atentamente.”

En fin.

LaAlquimista

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


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