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Cecilia Casado

A partir de los 50

“Detox” total

 

Parte 1.-

Estamos a miércoles y ya he decidido que será el próximo lunes cuando empiece mi “detox total” durante una semana completa. Así a bote pronto parece que no es mucho tiempo, pero lo que voy a llevar a cabo (no me gusta conjugar el verbo “intentar”) es una limpieza “total y absoluta” de algunas cosas que han comenzado a agobiarme en los últimos tiempos, no porque sean tóxicas en sí sino porque he perdido la medida o por creer que estoy perdiendo la proporción de las cosas.

Así pues, a partir del lunes 9 de Enero de 2017 y durante una semana completa:

– Descansaré de publicar tres post semanales en el Blog.

– No alimentaré mi cuenta de Facebook, (Twitter no significa nada para mí) ni abriré mis cuentas de email.

– El smartphone permanecerá APAGADO (excepto a una hora precisa para conectar con mis hijas); lo que supone: NO Whatsapp, NO mensajes, NO fotos, gifts ni videos. NO llamadas entrantes ni llamadas salientes para preservar la “dieta de silencio”.

– Prescindiré de cualquier compromiso social (No comidas, no cenas, no encuentros en ninguna fase, no pintxo-pote)

– El teléfono fijo de casa permanecerá con el contestador activado (No vaya a ser que alguien tenga una emergencia, me necesite y no me entere)

– La pantalla de plasma que hay en el salón será un adorno más.

– Mi dieta consistirá únicamente en alimentos sanos, ricos, nutritivos y carentes de todo lo que tiene poder para destrozarme por dentro. Cero ingesta de alcohol. No soy fumadora.

– Seguiré dando mis grandes caminatas diarias, escribiendo, leyendo y mirando por el ventanal hacia los montes y el mar. Meditaré un buen rato todos los días, dormiré mucho, me bañaré con espuma y pensaré, reflexionaré y dejaré que mi mente vuele hacia donde le dé la gana con el mínimo equipaje posible. El silencio exterior propicia la voz interior y ésa es la que necesito escuchar ahora…

El mundo seguirá girando sin necesitarme en absoluto, como tiene que ser. Mi gente querida ya sabe que soy como soy y, aunque no siempre les guste ni estén de acuerdo, igual ni se enteran de mi “plan detox” porque tampoco estamos en contacto diario y absorbente excepto que pase algo que, espero sinceramente, no pase mientras yo “esté fuera”.

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Domingo 15 de Enero de 2017

Parte 2.-

Ya han pasado siete días y pongo en marcha el PC para escribir la segunda parte de este post.

El lunes –como primer día- fue durillo, pero pude soportar salir a la calle sin móvil –aunque lo eché en falta en el ascensor, en los semáforos en rojo y en mi bar del café de media mañana.

El silencio exterior propicia el silencio interior, un silencio que tiene voz propia, en sordina pero potente; la voz interior que dicta sentencias (algunas inapelables), es ardua de escuchar, incluso duele porque lo que cuenta lo sabemos de sobra y lo hemos estado acallando durante años con el ruido, las prisas, el ritmo loco de vida que ya nos parece que es lo normal aunque sepamos que perjudica.

El piso se queda silencioso a partir de las nueve de la mañana, los vecinos han salido en pos de su afán y es el momento en que mi perrillo y yo damos un paseo por el parque frío y desierto. No hablar con nadie es muy difícil, hay que tener disciplina y fuerza de voluntad, pero al cabo de un par de días el esfuerzo va remitiendo.

Cuido las plantas, dejo que los pensamientos hagan lo que quieran sin intentar ponerlos en orden; leo un libro sin prisa, en la calma demorada de la atardecida tranquila. Pongo a cocer jengibre con lima para beber algo rico; desayuno con fundamento, como legumbres y verduras mezcladas, y el té que tanto me gusta a media tarde, una sopa calentita en la noche con la proteína justa para no sentir hambre…

El miércoles, falleció el padre de una muy querida amiga y vuelvo a dejar oir mi voz y llevar abrazos que alivian unos instantes el dolor de la pérdida. No puedo dármelas de “interesante” mientras mi amiga sufre así que hago un break para estar con ella… y vuelvo al silencio, al aislamiento sintiendo que estoy haciendo lo que debo hacer y considerándome privilegiada por poder llevarlo a cabo.

En esta semana de “detox total” han caído un par de esquemas que asfixiaban mi andadura y he tomado un par de decisiones sobre la forma de moverme entre la jungla tecnológica. He visto con claridad qué necesito y de qué puedo prescindir –incluso de quién.

En realidad, para vivir conforme a la vida que quiero necesito muy poco, poquísimo: aire, libertad, amor y la pensión de jubilación.

Fin del experimento. Ahora, a vivir un poquito mejor gracias a lo desaprendido…

LaAlquimista

https://www.facebook.com/laalquimistaapartirdelos50/

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


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