>

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

Reflexión del lunes. “Día tonto”

 

Supongo que quien más quien menos ha vivido en primera persona esa situación atípica que es como un virus pasajero: ni se sabe cómo ha empezado ni se sabe cómo acabará.

Normalmente ocurre en día festivo y cuando no hay ningún plan ni compromiso previsto, precisamente porque la rutina ha dejado de girar en el tambor que nos centrifuga cotidianamente. Uno no duerme ni bien ni mal sino todo lo contrario y se despierta con una especie de niebla mental. Hay que levantarse –al baño, a desayunar, a ver qué tiempo hace fuera-, pero una pereza sibilina se ha colado por alguna rendija y los pensamientos de la mente a medio gas no acaban de convertirse en órdenes para los músculos que tienen que poner en marcha el sistema.

El ánimo no va a dejarse arrastrar por el tiempo atmosférico, da igual que luzca el sol o haga un fresquito agradable, vamos a mirar por la ventana como en estado de shock, con la vista perdida en el horizonte aunque este no vaya más allá de los ladrillos de la casa de enfrente.

¡Toda la semana esperando un día libre para inaugurarlo sin ganas de nada en especial! ¡Qué desperdicio y qué rabia! Pero no hay nada que hacer, tenemos un “día tonto” y eso sólo se arregla pasando una página en el calendario.

Uno se arrastra de la cama al sofá, móvil en ristre, husmeando mensajes de whatsapp o escudriñando “likes” diversos. Abrir la portada de algún periódico –tan sólo para saber si ha ocurrido una nueva catástrofe en algún sitio lo más lejano posible- ya puede acabar con la poca energía con la que uno se ha incorporado al día.

El desayuno es, también, tonto. Y el aseo personal –si se procede a él- sin pena ni gloria. Ahora llega el gran dilema: ¿salgo o no salgo? ¿Y si salgo, qué hago, adónde voy? Mejor llamo a alguien. Sí, pero, ¿a quién? ¿Y si resulta que me lían y me fastidian el día…? Mejor a mi bola y así nadie me molesta.

– A ver, el PC o la tele; leer ahora, no es hora. Un zapeo rápido para constatar que también los programadores tienen un “día tonto”. Quizás un poco de ejercicio en la bici estática o unos estiramientos gimnásticos con la ventana abierta. No, qué pereza, qué cansancio sin haber tan siquiera empezado…

Arrastrar los pies –descalzos- hasta la cocina para otear el panorama que se presenta ante los ojos al abrir el frigorífico. Y digo yo: ¿para qué lo abrimos si ya sabemos lo que hay dentro? Toda la semana tirando de menú por ahí y acabando los restos ya casi cadavéricos por la noche. ¡Y si me voy a hacer la compra a la gran superficie queabre por las mañanas incluso los festivos! ¡Qué plan genial! Por lo menos haremos algo útil y provechoso. Pero no, el coche está bien aparcado y a ver si al volver no vamos a encontrar sitio, además, que rollazo, mezclarse con los que no tienen más remedio que hacer la compra en festivo, carreras de carritos hasta la meta de las cajeras que les ha tocado hacer el turno peor, un agobio horrible tan sólo de pensarlo…

– ¿Y si me voy a comer con la familia y de paso cumplo? Ni tres segundos dura el pensamiento, puro masoquismo, hasta ahí podíamos llegar. Además, igual les pongo en un compromiso por no avisar o en el peor de los casos está también mi hermano con los críos que cuando le tocan siempre aprovecha para gorronear con la excusa de visitar a los abuelos y no estoy yo para aguantar a barrabases preadolescentes…

– Voy a aprovechar para doblar la ropa limpia que se ha acumulado delas últimas tres lavadoras puestas; aunque, pensándolo bien, esta no es forma decente de pasar un día de asueto, trabajando más, no, ni hablar, ya lo haré entre semana alguna tarde que llueva y no me apetezca ir al gimnasio o a tomar unas cervezas con la cuadrilla…

– También podría ordenar las estanterías de los libros, que anda que no crían polvo ni nada, y ponerlos por autores o por temas o por lo menos por el tamaño y color de los lomos que parece que los ha colocado ahí un mono loco…

– Este sofá está lleno de migas entre los cojines, igual una de aspirador no le vendría mal, al piso entero en general, pero me voy a cansar mucho y luego si me echo la siesta a la noche me dan las uvas sin poder dormirme y mañana, total, a las siete arriba y como paso todo el día fuera, pues tanto da…

– Esto de las series es un cuelgue, desde luego, me he visto cuatro capítulos y sin enterarme de que ya se ha hecho de noche, menos mal que siempre tengo una pizza congelada para las emergencias, me la ceno y al sobre, que mañana será otro día…¡y espero que menos tonto que el de hoy!

En fin.

LaAlquimista

https://www.facebook.com/laalquimistaapartirdelos50

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


julio 2017
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930
31