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Carlos Rilova

El correo de la historia

Anatomía de un hecho histórico. Notas breves sobre la muerte de Adolfo Suárez

Por Carlos Rilova Jericó

Con permiso de Gabriel García Márquez, asistimos desde mediados de la semana pasada a la crónica de una muerte anunciada. Muerte que se confirmó a las 15:15 de la tarde de ayer domingo.

Se trataba de una muerte que, valga el adjetivo, podemos calificar de histórica porque el que moría era un hombre, pero no cualquier hombre sino Adolfo Suárez. El político que desde las oscuras trastiendas del régimen franquista condujo a España hasta una democracia más o menos homologable a las del resto de Europa. Tan homologable que, al final, se dejó entrar a ese estado marginal y marginado en el que se había convertido España desde 1939, al seno de la futura Unión Europea de la que, de hecho, por si nos hemos olvidado, fue socio fundador.

Llevan casi cuatro días hablando de él, de Adolfo Suárez, echando películas, reportajes, entrevistas a quienes trataron y conocieron al que desde ayer es ya sólo un hombre ilustre difunto. Por esa misma razón este correo de la Historia que, lógicamente, no puede dejar pasar por alto ese hecho histórico producido ayer mismo, será breve. Para no añadir ruido de más al estruendo que se ha formado sobre alguien que, a decir verdad, llevaba olvidado bastante tiempo, salvo alusiones muy puntuales, relativas muchas de ellas a la destructiva enfermedad que llevaba minándolo desde el año 2003.

Por eso hoy sólo quería recordarles respecto a la muerte de Adolfo Suárez que es una buena ocasión para retornar al que, de momento, es uno de los mejores libros de Historia -sí, lo es- escritos sobre esa época de la Transición de la Dictadura franquista al régimen democrático. Ese proceso que Adolfo Suárez, podríamos decir, creó y dirigió en los apenas cinco años que duró una fulgurante carrera política que es lo que, al fin y al cabo, va a justificar todos los homenajes que se le van a rendir que, de hecho, se le estaban rindiendo ya desde ayer.

El libro en cuestión se titula “Anatomía de un instante”, lo firma Javier Cercas y data de hace ya unos cuantos años, siendo su primera edición de 2009. Léanlo si quieren saber quién fue realmente el personaje histórico llamado Adolfo Suárez.

“Anatomía de un instante” describe no sólo la vida de este hombre, sino la de otros muchos que le rodearon en ese instante al que alude el título de la obra -el golpe de estado del 23-F- que es el eje en torno al que gira este libro de Historia reciente de España. Pero es que el profesor Cercas, a la manera de Plutarco, sabe que la vida de un hombre relevante -como lo fue Suárez, se esté más o menos de acuerdo con su trayectoria política- se conoce mejor comparando su vida con la de aquellos que le rodearon. Y especialmente con la de aquellos que le rodearon en el momento álgido de su existencia, como lo fue aquella noche del 23 al 24 de febrero del año 1981 en el que la carrera política de Adolfo Suárez acababa. Personajes como el líder del Partido Comunista español Santiago Carrillo o el general Gutiérrez Mellado que, junto con Adolfo Suárez, fueron los únicos representantes políticos, presentes aquella noche triste en el Congreso de los Diputados, que no agacharon la cabeza ante los que intentaban, por medio de una también muy triste farsa, llevar a España al oscuro rincón en el que la habían metido en el año 1939.

Sí, hoy quizás el mejor homenaje que se puede hacer a Adolfo Suárez es recuperar la memoria, la Historia de quién fue, leyendo la reconstrucción de ese instante hecha por Javier Cercas.

Puede discutirse que esa sea la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad sobre lo que fue la vida pública de Adolfo Suárez, pero desde luego es el mejor punto de partida para no olvidar, para saber el porqué de ese expectante recuerdo con el que hemos vivido, y vamos a vivir, los próximos días.

Con “Anatomia de un instante”, quizás, aprenderán que el estilo político de Adolfo Suárez quedó, desgraciadamente, enterrado en los días y meses posteriores a aquel instante del invierno de 1981 del que habla la obra de Cercas. Un estilo, una manera de hacer Política con “P” mayúscula que fue, básicamente, el de políticos -como él, como el alcalde de Bilbao Iñaki Azkuna también fallecido esta última semana- que, siquiera por instinto, sabían hasta qué punto podía tensarse una cuerda sin llegar a romperla y para que vibrase al gusto de una mayoría de ciudadanos.

Un arte que evidentemente -sólo hacia falta ver muchos telediarios en los que se dio ayer la noticia de la muerte de Adolfo Suárez- se ha perdido, dejando, al parecer, la cosa pública española en manos de personajes que todavía se asombran de la ira que, este mismo sábado, recorría en forma de manifestación masiva las calles de Madrid y trataban de explicar todo eso no en base a actos propios -cheques en blanco a cuasi monopolios empresariales para explotar al ciudadano medio, condiciones financieras abusivas de todo tipo amparadas legalmente, precariedad laboral rozando también toda clase de abusos…-, sino a conspiraciones de violentos grupúsculos mal llamados “antisistema” o a discursos de actores con residencia fijada en Cuba.

Accidente geográfico éste que, al parecer, explicaría y disculparía cualquier error, o bajeza, de esos representantes públicos que hoy, en su mayoría, están muy lejos de aquella política de los años de la Transición encarnada en buena medida en Adolfo Suárez. Véase sino la fatal deriva de algunos de sus ministros como el sr. Lagares -de quién tratábamos aquí la semana pasada-, desde los llamados “Pactos de La Moncloa” redactados con Suárez, a la creación, e inflado, de la burbuja inmobiliaria que aún hoy devora la economía española…

Una zafia, perversa e ignorante manera de ver y llevar la cosa pública y el malestar de la misma, que políticos de la altura del que se ha ido ayer no hubieran cometido el error de poner siquiera en boca, sabiendo lo suficiente de Historia como para intuir que cosas así y mucho peores -por ejemplo la reedición actual de íconos de la lucha callejera, como las barricadas de la insurrección parisina de 1832 que inspiraron a Victor Hugo “Los miserables” (eso sí que era violencia “antisistema”)- surgían, y surgen, ante todo, de un malestar elevado a la categoría de colectivo, que es lo primero que un político digno de ese nombre trata siempre de evitar. Al menos en una democracia también digna de ese nombre.

Sí, lean “Anatomía de un instante”. Y saquen de ahí las conclusiones oportunas. Ese es el mejor homenaje que podrán hacer a Adolfo Suárez González, que ya desde ayer mismo es un personaje clave de la Historia de España.

 

Un paseo por el pasado

Sobre el autor

Carlos Rilova Jericó es licenciado en Filosofía y Letras (rama de Historia) por la Universidad Autónoma de Madrid y doctor en Historia Contemporánea por la Universidad del País Vasco. Desde el año 1996 hasta la actualidad, ha desarrollado una larga carrera como investigador para distintas entidades -diversos Ayuntamientos, Diputación de Gipuzkoa, Gobierno Vasco, Universidad del País Vasco...- en el campo de la Historia. Ha prestado especial interés a la llamada Historia cultural y social, ahondando en la Historia de los sectores más insignificantes de la sociedad vasca a través de temas como Corso y Piratería, Historia de la Brujería, Historia militar... Ha cultivado también la nueva Historia política y realizado biografías de distintos personajes vascos de cierto relieve, como el mariscal Jauregui, el general Gabriel de Mendizabal, el navegante Manuel de Agote o el astrónomo José Joaquín Ferrer. Es miembro de la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza


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