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Antxon Blanco

Correr x correr

El misterio de ese clembuterol

Llevo varios días recabando información, hablando con expertos y exdeportistas. La idea central es el clembuterol y la cantidad irrisoria aparecida en el control de Alberto Contador que ha significado una sanción y la convulsión social de un país. Quería conocer alternativas a la carne, o en su caso si esas cifras no deberían significar una sanción.

Vaya por delante que desde el punto de vista jurídico la sentencia es impecable según las actuales normativas de dopaje en el deporte. El clembuterol es una sustancia exógena, no lo genera el cuerpo, es necesario haberla ingerido por alguna vía. Desde el momento que aparece, es positivo. De acuerdo.

Vaya por delante, también, que según la defensa de Contador ese clembuterol llega al ciclista de forma ‘involuntaria’, esto es, por tomar una carne contaminada (primera tesis) o por suplementos energéticos que asimismo, se entiende, estaban contaminados. El informe de la defensa de Contador, era espectacular, con reconocidos nombres del mundo científico que demostraban que ese clembuterol podía llegar por ingesta alimentaria. Evidentemente no podían probar qué alimento contaminado había tomado Contador. La carne señalada se la comió. Las barras energéticas, también, y en un primer momento los cercanos al ciclista descartaron esta segunda opción que después parece haber recuperado protagonismo.

En el caso Contador hay varios argumentos que son novedosos.

1- El laboratorio que analiza la orina es el de Colonia. Parece que es el único capaz de detectar cantidades tan bajas. Me dicen que en otro laboratorio, Contador hubiese salido limpio.

2- Según la sentencia, en un análisis anterior a la comida del solomillo famoso, también aparecen rastros de clembuterol. Por lo tanto, parece que la teoría de la carne contaminada, muere ahí.

3- Los científicos parecen ahora debatir si el clembuterol, sustancia prohibida, debería controlarse cuantitativamente, es decir, que sea considerado positivo solo a partir de cierta cantidad. Eso incrementaría el precio de los controles, también es cierto. Y además modificaría la norma, norma aplicada en otros casos incluso con menor cantidad que la que dio Contador (Onya atleta española, por ejemplo) por lo tanto se admitirían errores pasados.

4- Si ese debate existe, ¿por qué no se tuvo en cuenta ya con Contador, con dosis mínimas en su control? En primer lugar porque jurídicamente sería rechazado. Segundo, porque las críticas internacionales por esa excepcionalidad a un deportista español hubiesen sido tremendas.

5- Expertos biólogos, intachables en su trayectoria contra el dopaje, reconocen que en este caso es muy discutible la afirmación de un dopaje programado por parte del madrileño. El tema alimentario no lo descartan en esas cantidades aparecidas.

Entonces ¿qué ha podido ocurrir? ¿Por qué se detecta ese clembuterol mínimo?

Hay varias hipótesis. El Tribunal de Arbitraje deportivo tras meses y meses de estudio no lo ha determinado. Nosotros tampoco lo vamos a hacer. Solo exponemos algunos posibilidades que se han dado en el deporte y que barajan algunos fisiólogos.

1- Algunos expertos señalan que microdosis de clembuterol podrían servir de enmascarantes de otras sustancias. Se habla de EPO. Hay otros expertos que rechazan esta opción.

2- Ese clembuterol aparece después de una autotransfusión (podría encajar con la presencia de plastificantes en el control de Contador) de sangre del propio corredor extraída en un momento en el que el deportista ha podido ingerir alguna sustancia con clembuterol y quedaron rastros. ¿Por qué un deportista puede tomar clembuterol? Una razón podría ser la de querer bajar grasa corporal manteniendo masa muscular.

Lo que es evidente que tras el caso de Contador podría existir un replanteamiento sobre el clembuterol como sustancia prohibida a partir de cierta tasa hallada en los controles. Los laboratorios detectan tasas cada vez más pequeñas que pueden chocar con la ingesta habitual de alimentos de una dieta normal y que no estarían incurriendo en un método prohibido. El laboratorio de Colonia parece ir por delante. Es un antes y un después en el mundo de los controles antidopaje, como ya sucedió en Seúl 1988 y Atlanta 1996, dos citas olímpicas con unos controles mucho más exactos de lo que se conocía hasta ese momento.

 

Antxon Blanco

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