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Alfredo Del Castillo

Desde mi banquillo

Marco Antonio Boronat, un adelantado de la época

Lo recuerdo como si fuera hoy mismo. Noviembre de 1973. Después de terminar el servicio militar en mis Canarias natales me destinaron a San Sebastián a trabajar en la misma empresa que mi padre, que en paz esté. Ni más ni menos que Telefónica. Tras presentarme en Bilbao en la delegación del norte viaje en un tren de madera hasta la Estación del norte de Amara Viejo. Era la primera vez que lo utilizaba, tardó un mundo y yo me decía: «Dónde coño está San Sebastián».  Llegó y una vez ya en tierras donostiarras compré en una librería que estaba junto a los baños de la calle Victor Pradera una revista de futbol llamada Kirolak. En la portada salía Marco Antonio Boronat.

Este futbolista y entrenador de fútbol jugó muchos años en la Real Sociedad, hasta el año 1977. Su demarcación habitual era la de extremo izquierdo y en el viejo Atotxa recuerdo sus galopadas por la línea de cal de la banda de las vías y en la banda de Duque de Mandas y también su último pase con un golpeo fantástico y milimétrico que  se coreaban y jaleaban con un entusiasmo extraordinario por el público presente. Además, también recuerdo con mucho cariño como los aficionados de los fondos aplaudían calurosamente a los porteros a su llegada a las porterías. Eso también lo hemos perdido…

Marco colgó las botas en el año 1977 y pasó a trabajar de preparador físico en el club de sus amores. También fue segundo de Ormaetxea y de J.B. Toshack durante casi diez temporadas. A Marco le dan la oportunidad de entrenar al primer equipo en mayo de 1989 y después de que el míster galés se comprometiera con el todo poderoso Real Madrid el mister galés. Aquella temporada la Real Sociedad se clasificó para la UEFA.

Sin las obligaciones del primer entrenador Boronat visitaba con frecuencia Inglaterra y en las islas trabajaba para el club, pero también para completar su formación. Además de elaborar informes de futbolistas asistía a entrenamientos ampliando de esta manera sus conocimientos sobre la preparación física. Liverpool, plaza conocida por Toshack, era la parada habitual en sus escapadas.

Él y solo él colocó a Zubieta en una dimensión moderna aplicando los secretos que recogía de la cuna del fútbol. Recuerdo con cariño una maquina de fuerza en el gimnasio que era la envidia de todos los que la visitaban. Vamos, que fue un adelantado de la época.

Fascinado por el futbol británico, el encargado de romper con la tradición solo podía llegar en esos momentos de las islas. El elegido fue  el punta John Aldridge, que se ganó al respetable de Atotxa con muchos goles.  Marco colocó a la Real en esa quinta posición que ya antes comenté. Como recordatorio me gustaría señalar que fue tras aquella temporada y después de su homenaje junto a Zamora cuando el mítico Luis Arconada fue sustituido por el cancerbero de Elgoibar José Luis Gonzalez.

Recuerdo que en una entrevista Boronat explicaba el fichaje de Aldrigde: «Había jugadores potenciales que se nos escapaban como el caso de VillabonaGoikoetxea estaba cedido por el Barça. Jugué fuerte con Aldridge porque el primer fichaje debía de ser de garantías y confiaba ciegamente en él, aunque también corría un riesgo añadido. No somos el Liverpool y si no hubiera metido goles me hubieran sacado cantares». Esto os suena, ¿a que sí? Ahora sr. Moyes ya sabe el camino: tres o cuatro fichajes como los de Marco Antonio Boronat y a competir en la temporada 15-16 con Sevilla, Valencia, Villarreal, Athletic y Atlético de Madrid para conseguir el billete soñado para una competición europea.

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Sobre el autor

Entrenador de fútbol y tinerfeño. Ha pasado por multitud de banquillos guipuzcoanos, entrenando a equipos como el Lagun Onak, Beasain o Real Unión, entre otros, antes de recalar en la Real Sociedad en 2001. En el club txuri urdin estuvo nueve temporadas en varias fuciones, como la de ayudante de Periko Alonso o de Gonzalo Arconada.


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