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Alfredo Del Castillo

Desde mi banquillo

Una Real insultante con el balón

Antes del partido en Cornella-El Prat elentrenador del Espanyol, Quique Flores, ya destacó la buena situación que atraviesa la Real Sociedad y afirmó que el equipo txuri urdin era un espejo donde los catalanes se podían mirar. Destacó que el conjunto donostiarra tiene muchos puntos fuertes, que juega bien a fútbol, calidad técnica, buenos futbolistas y un buen tono físico.

El conjunto perico llevaba tres jornadas consecutivas sin perder y en estas 21 jornadas de liga solo perdió dos partidos en casa -ante Real Madrid y Celta- y empató contra Malaga, Villarreal, Eibar, Athletic y Deportivo de la Coruña. Pero llegó la Real Sociedad y ganó. Y lo hizo demostrando que son superiores en estos momentos. El míster Quique Flores tenía que decidir quién era en futbolista ideal para sustituir a Piatti y qué sistema de juego emplear ante el equipo de Eusebio. Y ni corto ni perezoso empleó un sistema de juego 1-4-4-2, con los dos puntas apretando la salida de pelota de los jugadores realistas y con el veterano Reyes en banda izquierda. Pero todo fue como una estrella fugaz. Duró muy poco y él, al al verse perdedor en esas tareas, apostó por el plan B: repliegue y contra.

El juego se desarrolló todo en el centro del campo, con una Real Sociedad que se adueñó del balón de forma insultante, con una banda derecha impresionante en entradas hasta línea de fondo, con el tridente Odriozola, Prieto Vela. Pero esto es fútbol y durante 25 minutos teníamos el balón pero no ocurría nada en las áreas. El equilibrio era la tónica del partido, hasta que en el minuto 25 Iñigo Martínez envía un pase de maestro al desmarque del mas listo de la clase, Carlitos Vela, y éste en un duelo con el portero Diego López de tiro raso y a su izquierda lo bate de forma fantástica. Se ponía el partido donde queríamos, seguíamos teniendo el balón. Pero en una falta en línea de medios y con Iñigo descolocado, la sacó rápido Caicedo para Jurado y este último, con un pase a la espalda de Yuri (que tuvo que equilibar por dentro la falta de Iñigo) le llegó el balón a Hernan Pérez. Con maestría en dos o tres recortes y fintas marcó un gran gol dejando tirados en el suelo a Iñigo e Illarra, empatando el marcador.

En el segundo tiempo el repliegue del equipo periquito fue aún mayor, solo esperando una pérdida de balón o un robo para salir como tiros a la portería de Rulli. Y en los primeros 5 minutos tiraron dos contras sin efectividad. Ante estos acontecimientos, la Real Sociedad siguió a lo suyo y realizo lo que mejor sabe hacer: atacó, jugó, movió, temporizó, se adueñó del balón… Todo eso mientras el Espanyol se agazapó en su propio campo solo, esperando el fallo del equipo rival para salir en contraataque. Y ahí, en esos contraataques fue donde el equipo perico de descolocó y dio muchos espacios. Precisamente ahí, la Real con balón es mucha Real, con el balón en su poder y con una banda derecha que entró como cuchillo en mantequilla por el costado zurdo de los pericos, donde tanto Reyes como Aarón Martín nunca pudieron con los tres mosqueteros: Odriozola, Prieto y Vela.

Y cuando esto ocurre, o tenia el balón la Real o no lo tenia nadie. Porque cuando el conjunto txuri urdin no tenían la posesión de la pelota todo eran perdidas para el Espanyol y duelos que ganaban los de Eusebio. Hasta que llego el minuto 60 de partido en el cual Illarra, después de una conducción por el pasillo central sin medio centro y ante salida de los dos centrales muy tenues, dio un zapatazo que se coló por todo el ángulo de la portería de Diego López. El guardameta solo miró el balón, haciendo una estatua que sentó a cuernos quemados a la parroquia perica. A partir de ese momento sólo se veía a un equipo sobre del verde. Y esa fue una fantástica Real Sociedad que duerme en puestos de premio hasta que terminen todos los partidos el próximo lunes. Fue el mejor partido de los realistas fuera de casa sin ningún genero de dudas.

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Sobre el autor

Entrenador de fútbol y tinerfeño. Ha pasado por multitud de banquillos guipuzcoanos, entrenando a equipos como el Lagun Onak, Beasain o Real Unión, entre otros, antes de recalar en la Real Sociedad en 2001. En el club txuri urdin estuvo nueve temporadas en varias fuciones, como la de ayudante de Periko Alonso o de Gonzalo Arconada.


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