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Alfredo Del Castillo

Desde mi banquillo

Primera final

La Real Sociedad llegaba a Mendizorroza con la vitola de equipo revelación de la presente temporada. Además de ser un conjunto muy contundente fuera de casa, con 8 victorias y 5 derrotas de los 13 partidos disputados, aterrizaba con un 3-0 favorable ante el Alavés en la primera vuelta. Aquel partido supuso el despegue de la Real en la presente campaña, consiguiendo cuatro victorias consecutivas ante el Alavés, Leganés, Atlético de Madrid y Sporting de Gijón. Gracias a aquella racha, la Real escaló hasta la quinta-sexta posición, puestos europeos que no ha abandonado desde la jornada 12.

Por su parte, a lo largo del presente campeonato, el conjunto de Mauricio Pellegrino ha destacado por su fortaleza y rocosidad defensiva, demostrando ser un equipo muy bien trabajado; una máquina casi perfecta, anulando a los equipos rivales y con un portero imbatible en muchos de los casos. Pero para este encuentro, el entrenador del glorioso tenía que inventarse una nueva defensa por las ausencias de Alexis y Feddal, con oportunidades para Vigary o Ely Rodrigo. Cabe destacar que en lo que va de campeonato liguero, este equipo en su feudo solo había perdido ante el Barcelona, el Real Madrid y el Espanyol.

El capitán Manu Garcia, canterano realista (qué merito tiene este futbolista y qué alegría siento viendo lo que ha conseguido con su perseverancia), señaló que la Real es uno de los conjuntos más en forma de la Liga Santander, “que siempre intenta tener la posesión del balón con jugadores muy top arriba y que está compitiendo y jugando fenomenal al fútbol”. Con estas afirmaciones queda claro que todos nuestros rivales nos conocen a la perfección.

Para este encuentro, el míster realista se encontró con las tres bajas sensibles de Illarra, Iñigo y Zurutuza; ausencias indiscutibles en estos momentos de campeonato. Y ante esta adversidad, la apuesta del entrenador fue sorprendente, con la entrada de Granero como pivote, Mikel González de central, Guridi en la media punta, con la aportación de Bautista como referente en el ataque. “Cantera al poder”, dirán unos; “alineación arriesgada”, dirán otros. Sin más; esto es fútbol.

Ambos equipos comenzaron el encuentro con mucha intensidad, con los babazorros intentando crear peligro por fuera, aprovechando la velocidad de Kiko y Theo; y una Real controlando el juego de posesión en su propio campo y defendiendo con mucho rigor y orden. Ante estos momentos de tanteo inicial, en el minuto seis del partido, en una gran jugada de Yuri, este se plantó solo ante Pacheco y su tiro se estrelló en el cuerpo del arquero extremeño. Tras esta llegada, la reacción del Alavés no se hizo esperar y en el minuto quince, tras un balón mal enviado por Mikel Gonzalez a Rulli, el brasileiro Deyverson se plantó solo ante el portero que tuvo que desviar la pelota con su mano derecha. En el minuto veintisiete, en una pérdida de balón de Granero, el medio derecho Oscar Romero se plantó solo ante Rulli y su tiro sin ángulo se estrelló en el cuerpo del portero realista. Sin duda, el Alavés llegó más entero a los minutos finales de la primera parte, ante una Real con poca presencia en el área de Pacheco.
Los blanquiazules solo se limitaron a tener el balón sin crear claras ocasiones y en estos casos, una pérdida del esférico hace que Deyverson, que llevaba tres meses y medio sin ver portería, solo tenga que empujar la pelota al fondo de la red. Un gol que llegó en el minuto 43, sin tiempo de reacción antes del descanso.

Nada más comenzar la segunda parte, el punta Deyverson y el portero Rulli iniciaron su particular duelo, ya que, dos remates de cabeza del ariete fueron desviados magistralmente a córner y al poste respectivamente. Pero los de Eusebio sufrieron un contratiempo brutal: en el minuto 66 Granero vio la segunda amarilla por un “pistinazo” y tuvo que abandonar el terreno de juego. A pesar de jugar con un efectivo menos, los donostiarras tuvieron el cincuenta y ocho por ciento de la posesión del balón, pero estuvieron muy negados de cara portería.

Amigos, lectores, ninguno de los equipos que pelea por la Europa League ganó en esta jornada y todos continúan en un pañuelo. El Villarreal, la Real Sociedad, el Athletic, el Eibar y el Espanyol no lograron ganar en sus respectivos encuentros.

Esta semana de parón se hablará mucho de la toma de decisiones del míster al confeccionar el equipo que saltó en Mendizorrotza. En las tertulias de radio y televisión lo que vale es la polémica, el debate, el barullo, el lio… sí, eso es lo que vende.
Eusebio es un entrenador de gustos. Le gusta o no le gusta un futbolista; cuenta o no cuenta con él. Ahí tenemos los contrastes y sus reacciones ante casos como el de Aritz (al que llamamos todos “el nuevo Puyol”), David Concha, Zaldua, Odriozola, Navas, Mikel Gonzalez, Hector, Yuri, Pardo, Markel, Gaztañaga, etc. si no son de su estilo o filosofía, no se cuenta con ellos. Toño y Bardaji (sin minutos) son los porteros de los entrenamientos; Granero y Canales son el doce y el trece jugador del equipo; Bautista ahora sí, ahora no; Juanmi juega en un sitio que no es el suyo y se nota en su rendimiento, aunque aporta gol (que no es poco).

Con todo esto, en estos momentos tenemos un equipo que lleva tanto tiempo compitiendo con los mismos futbolistas y con un rendimiento tan exigente, que se está debilitando físicamente. Si los menos habituales están sin ritmo de competición por su poca participación, sucede lo que sucede: la Real se convierte en un equipo frágil, con los jugadores encargados de canalizar y organizar con bajón físico y con las bajas de los delanteros Willian José e Imanol Agirretxe.

En mi opinión, a esto hay que añadir la mala gestión de las convocatorias de los menos habituales, ya que, algunos no van nunca y otros muy poco. Eso se ha convertido en un problema añadido, en un vestuario que se puede sentir muy engañado por lo que se dice y no se hace.

Desde ayer el equipo está descansando y hay que reactivar a una plantilla que ha bajado su rendimiento de forma alarmante. Hay tiempo y mimbres para mejorar y conseguir objetivos. “Algo nos está faltando últimamente y no sabemos lo que es”, manifestaba el entrenador de la Seca. “Por ahí pueden ir los tiros”, afirmo yo. Si el míster lee este post, tal vez le haya aportado una pista como entrenador.

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Sobre el autor

Entrenador de fútbol y tinerfeño. Ha pasado por multitud de banquillos guipuzcoanos, entrenando a equipos como el Lagun Onak, Beasain o Real Unión, entre otros, antes de recalar en la Real Sociedad en 2001. En el club txuri urdin estuvo nueve temporadas en varias fuciones, como la de ayudante de Periko Alonso o de Gonzalo Arconada.


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