Son muchas las semanas que llevamos compartiendo literatura, historias, autores y libros y pero son infinitas las recomendaciones que quedan por escribir. Una semana más llego con una novela llena de magia y de números. Sí, habéis leído bien, números. La historia que voy a contaros enlaza lo especial de los números primos con la amistad de sus dos protagonistas que, tal y como pasa con estas cifras, comparten episodios de sus vidas y su soledad sin encajar en el mundo en el que les ha tocado a vivir.

Tal y como cuenta su autor, Paolo Giordano, existen números primos especiales que, por estar limitados y separados por un número par no pueden tocarse de verdad. En La soledad de los números primos, Mattia y Alice viven algo parecido. Comparten experiencias personales, traumas, y miedos de vidas difíciles pero alejados el uno del otro. Sin embargo, pese a la distancia, los protagonistas seguirán manteniendo el contacto sin que el espacio se convierta en una barrera para su relación.

En el libro, el escritor presenta esas historias traumáticas que han vivido ambos personajes y que les han convertido en quienes son. La desconfianza en el propio ser humano les lleva a encerrarse en su propio mundo al sentir la empatía del otro. Ni la infancia ni la adolescencia han sido camino de rosas para ellos y estos miedos son los que llevarán sobre sus espaldas durante toda su vida. Son diferentes a los demás, han experimentado vivencias que los de su alrededor desconocen y se han resguardado en sus miedos por no haber sabido superarlos.

Defectos físicos y traumas psicológicos definen a Alice y Mattia. Giordano consigue plasmar a la perfección la soledad que inspiran ambos personajes y esta soledad es la consecuencia de que la relación de éstos sea extraña y fría a pesar de ser inquebrantable.

Los números primos son especiales, diferentes, mágicos, son números gemelos que ,al igual que Alice y Mattia, tienen que vivir su soledad como manera de vida.