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Asier Manrique

El fotograma

‘Drácula de Bram Stoker’: El cine artesanal también puede ser un blockbuster

Drácula de Bram StokerDRÁCULA DE BRAM STOKER

Título original: Bram Stoker’s Dracula

Año: 1992

Duración: 130 minutos

País: Estados Unidos

DirecciónFrancis Ford Coppola

GuionJames V. Hart (Novela: Bram Stocker)

MúsicaWojciech Kilar

FotografíaMichael Ballhaus

RepartoGary Oldman, Winona Ryder, Anthony Hopkins, Keanu Reeves, Richard E. Grant,Cary Elwes, Sadie Frost, Tom Waits, Bill Campbell, Monica Bellucci y Jay Robinson

ProductoraColumbia Pictures / American Zoetrope / Osiris Films

Género: Terror / Romance / Fantástico

En el año 1890, el joven abogado Jonathan Harker viaja a un castillo perdido de Transilvania, donde conoce al conde Drácula, que en 1462 perdió a su amor Elisabeta. El Conde, fascinado por una fotografía de Mina Murray, la novia de Harker, que le recuerda a su Elisabeta, viaja hasta Londres “cruzando océanos de tiempo” para conocerla. Ya en Inglaterra, intentará conquistar y seducir a Lucy, la mejor amiga de Mina. (FilmAffinity)

Hace unos días hablaba de Entrevista con el vampiro como ejemplo de cine de de vampiros en los 90, una década que vio renacer el género tras un valle de unos cuantos años, que después se volvió a prolongar. Sería injusto no tratar también la otra gran película del género en esta década: ‘Drácula de Bram Stoker’.

En 1992 Francis Ford Coppola resurgía de nuevo a lo grande. El resurgimiento real ocurrió antes con ‘El padrino III’, pero al ser comparada con sus dos antecesoras quedó como película menor. ‘Drácula de Bram Stoker’ sacó el artesano del cine que Coppola lleva dentro, ese artesano que se ve en los grandes del cine como Ford, Kubrick, Spielberg, Hitchcock

Drácula es el libro más adaptado de la historia, con permiso de la ‘Biblia’. Las innumerables adaptaciones de la obra de Bram Stoker van desde auténticas obras maestras del terror a auténticos bodrios que perpetran uno de los libros clave de la literatura del siglo XIX. Por eso, con tanto bagaje a su espalda, y la historia en su contra, Coppola se planteó crear la adaptación definitiva de ‘Drácula’, una tendencia, que como recordó Juan Sanguino en su libro ‘Generación Titánic: El libro de cine de los 90’, sería una tónica repetida de los 90. En esta fastuosidad del ‘Drácula’ de Coppola, el exceso, la grandiosidad y la autoconsciencia de saberse la mejor y más fiel adaptación del material de Bram Stoker, lo llevó a titularla como ‘Drácula de Bram Stoker’, ahí es nada.

Drácula de Bram Stoker

Pero lo que trasciende de ‘Drácula de Bram Stoker’ es su apabullante estética. No es posible olvidarse de los vestidos imposibles, de los escenarios barrocos, de los maquillajes excesivos, de esos castillos y mazmorras tenebrosos y de esas cortinillas. Todo en esta película se hizo a mano, de manera artesanal, como en el Hollywood clásico. Por esto, ‘Drácula’ llama tanto la atención. En una década en la que los efectos digitales ya estaban a la orden del día, volver a una estética tan clásica podía haber sido un fracaso, pero terminó por sumar. Maquillaje, sombras, maquetas… nada de ordenador, nada digital.

Con ‘Drácula’ vemos la que, para mí, es la mejor interpretación de Gary Oldman en el cine. Aquí interpreta a un personaje, pero al mismo tiempo interpreta a un montón de personajes. Sería el dueño y señor de la historia si no fuera porque Winona Ryder también hace un trabajo a remarcar, esta interpretando a do personajes y siendo la gran valedora de la película. También están por ahí un excesivo Anthony HopkinsKeanu Reeves, impuesto por el estudio y cuya participación no agradó nada a Coppola, que no disimuló tampoco este hecho.

Es una película que incluso homenajea al cine. Los que hablamos del cine adoramos que el cine hable del cine, y las secuencias de Drácula y Mina acudiendo a proyecciones, por muy pequeñitas y superfluas que sean para el transcurrir de la historia, dotan de una dimensión extra a la historia. Lo mismo ocurre con el prólogo, con sombras chinescas, y que conecta la historia del “Drácula” original con el literario y lo dota de ese aura trágico que arrastrará durante toda la película.

Y para finalizar, este cine artesanal tiene un factor clave para distinguirlo de otras adaptaciones del mismo libro, es imposible de olvidar. Vamos a ponernos a prueba, enumeraré algunas secuencias y seguro que si la has visto podrás recordarlas perfectamente: la cuchilla de afeitar, el carruaje que lleva a Jonathan al castillo, Lucy corriendo con su vestido rojo por los jardines como si de un anuncio de colonia se tratara, la absenta, el prólogo, la orgía de Keanu con las tres vampiresas (entre ellas una debutante Monica Bellucci), cualquier aparición del Van Helsing interpretado por Anthony Hopkins o el final con OldmanRyder.

Lo mejor: Es el último gran ejemplo de cine clásico dentro de Hollywood y una locura total que ningún estudio financiaría hoy en día.

Lo peor: Queda lastrada por las limitaciones que lo artesanal tiene frente al digital… ah, y las cortinillas de pavo real.

9

Como el tráiler deja mucho que desear, dejo aquí la secuencia que abre la película, y que da buena cuenta del tono, el estilo, la imagen y la forma que toma esta, la adaptación definitiva de la obra de Bram Stoker.

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