En un edificio de 110 años de antigüedad en Melbourne, vemos esta reforma de un pequeño estudio, en la que podemos resaltar una sutil integración entre lo antiguo y lo moderno, equilibrando de una forma armoniosa elementos patrimoniales del edificio con otros más actuales, logrando la idea de loft neoyorquino que quería el cliente.
Se ha creado una estética moderna, por medio de las paredes blancas, puertas correderas, para privatizar usos puntuales y la elección de tonos pasteles y neutros en otras piezas del equipamiento general, logrando una imagen atemporal. Pero a la vez actual.
Se ha mantenido una gran luminosidad natural, manteniendo un suelo en madera oscura, lo que le da calidez a todo el conjunto. La fachada mantiene una curvatura muy original, lo que le da una imagen especial a esta parte del interior…
Fotos vía: neometro