>

Blogs

Belén Casado Mendiluce

La psicóloga en casa

A la luz de una vela

 

Estoy de noche en la habitación de un hospital atendiendo a un familiar, bajo el foco tenue de la luz que no deslumbra al enfermo. Todo es silencio alrededor y como no me salen otros temas, escojo éste para mi post.

No me gustan los hospitales, como a la mayoría de personas. Siempre he tenido la sensación de que estar ingresado en uno de ellos era como estar en otra realidad donde eres objeto de interés médico pero poco de interés humano.

El tiempo cuando se está enfermo transcurre a otro ritmo donde parece que no ocurre nada pero donde uno se encuentra a solas con sus propios pensamientos. Y de esas reflexiones tumbada en una cama, siempre se vuelve a casa con la fuerte consciencia de que no se va a desear nada más en la vida que tener la salud suficiente para no tener que volver a un hospital. ¡Qué pronto nos olvidamos de ese deseo!

Va pasando el tiempo y volvemos a nuestras prisas y ajetreos, viviendo como si fuéramos seres inmortales a los que no nos debe preocupar nada más que ser productivos cada día. Hasta que debes parar forzosamente en la cama bajo prescripción facultativa. Y entonces se te caen unos cuantos esquemas abajo.

¿Qué importan los afanes que poníamos en destacar en nuestro trabajo si, a cambio, perdíamos la comunicación con quienes nos rodeaban? ¿Qué más daba si nos manteníamos en nuestro empleo si, por el contrario, nos dejábamos la piel por el camino? Y entonces, parando, cada cosa se coloca en su sitio…

Y cuando la persona traspasa el umbral del hospital de vuelta a su vida normal siente los deseos de vivir con más intensidad que antes, de disfrutar de los pequeños momentos cotidianos como una comida en familia o una conversación entre amigos. Siente que todo lo que no es realmente importante ha pasado a un segundo plano. Y el cuerpo todavía convaleciente te acompaña a lentificar el ritmo, a ir más despacio para sentir más…

Dicen que todo en esta vida es una oportunidad para aprender. Que aunque exista el azar, las experiencias vividas nos muestran un camino de aprendizaje. Y que, tristemente, necesitamos de “momentos de choque” que nos obliguen a hacer un alto y darnos cuenta de cómo vivimos.

Dedico este post a todos los que se encuentran enfermos, para que además de su pronta recuperación, encuentren en su vida diaria la paz que necesiten.

 

Caminamos…Belén Casado Mendiluze

belencasado@terra.es

 

Temas

Sobre el autor

Soy Licenciada en Psicología y desarrollo mi trabajo en una consulta privada. Mi vocación desde joven ha sido la psicología, y a través de ella he buscado comprender a los demás y a mí misma. Desde ese trabajo interior, intento que lo que transmito sea un reflejo de aquello en lo que creo y que me sirve a mi. Me siento siempre en búsqueda, abierta a aprender de todo aquello que me haga crecer como persona. Y creo que lo que se vive como vocación no es sólo patrimonio mío sino que puede servir a los demás.


septiembre 2012
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930