-Paciente (P): Buenos días, Belén. He venido a verte porque tengo un problema con mi pareja que no sé cómo afrontar. Verás, los dos estamos divorciados con hijos de anteriores relaciones y convivimos con mi hija de quince años. Los tres nos llevamos muy bien pero, cuando cada quince días vienen los hijos de mi pareja, empiezan las discusiones entre nosotros. Lo hemos hablado pero veo que él educa de una forma muy distinta a como lo hago yo y ahí no veo manera de arreglarnos.

-Terapeuta (T): ¿Cómo es la forma de educar de tu pareja?

-P: Pues no les corrige en nada a sus hijos porque como no quiere tener discusiones con ellos para dos días que les ve…Pero yo no soy así, le digo a mi hija que recoja su habitación y friegue los platos y claro, mi pareja está encantada con mi hija, pero yo estoy deseando que llegue el domingo para que sus hijos se vuelvan por donde han venido porque no les soporto.

-T: Es evidente que no es lo mismo la convivencia diaria con tu hija que verles a los hijos sólo el fin de semana. Pero lo que aquí planteas es una diferencia en vuestra forma de educar y ahí hay que buscar puntos de encuentro entre vosotros aunque eso suponga también un esfuerzo para cambiar algunas pautas de educación.

-P: ¿Cambiar yo mi forma de educar? A mí me ha ido muy bien con mi hija y no voy, a estar alturas, a cambiar cuando es él el que tiene a sus hijos casi sin ningún tipo de normas en casa.

-T: Te entiendo pero tenemos que buscar puntos en los que estéis de acuerdo y en otros tener suficiente flexibilidad entre vosotros para comprender al otro en aspectos que le resulte más difícil cambiar. Dime, algunos puntos en la educación que sean irrenunciables para ti.

-P: (Se queda pensativa un rato…) Los que tienen que ver con la higiene personal y el orden. No soporto que sus hijos no se aseen adecuadamente y que tengan su habitación desordenada, es lo que más me molesta. Podría tener más manga ancha si no friegan y no recogen la mesa, sin embargo.

-T: Entonces, en esos dos puntos de la higiene y el orden tu pareja tiene que hacer un esfuerzo por cambiar sus normas en casa con sus hijos. Tenéis que sentaros tranquilamente para hablar del tema ya que os va a suponer un esfuerzo a los dos. Tú, a cambio, propones ser más flexible con la cocina, de manera que si sus hijos no friegan ni recogen, no te vas a alterar.

-P: Me parece bien, tiene sentido lo que dices. Creo que no va a ser fácil porque él no está acostumbrado a poner normas pero yo también estoy dispuesta a ceder en otros puntos. Gracias Belén por tu ayuda, es muy importante esto para mí porque está afectando a mi relación de pareja. Ya te contaré cómo me va. Hasta pronto.

-T: Me alegro haberte sido de ayuda. Cuídate y nos vemos la semana que viene.

*Este Consultorio es una recreación ficticia que no responde a ningún paciente concreto.

Caminamos…Belén Casado Mendiluce