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Belén Casado Mendiluce

La psicóloga en casa

Con el bullying no sirve el paternalismo

 

Hace poco me puse con interés a ver un programa en la televisión que ofrece ayuda a personas afectadas por el acoso escolar. Y sigo constatando que la manera como se afronta el bullying dista mucho de ser la más adecuada para el que lo sufre.

No se puede ser paternalista con el que sufre el acoso escolar. Defino paternalismo como esa actitud en la que pretendemos congeniar con alguien mostrándole nuestra experiencia personal en el tema y mostrándonos a nosotros mismos como ejemplo a seguir de superación.  Paternalismo es también decirle a alguien lo que tiene que hacer sin tener en cuenta lo que el otro necesita ni su forma de ser. Eso no sirve.

Hay que ayudar al que sufre de acoso escolar a sacar todos los recursos que tiene en su interior para hacer frente al maltrato, no proponer soluciones desde fuera que le hagan sentirse a la víctima como una mera persona pasiva. Cada persona tiene las capacidades en sí misma para afrontar los problemas como él necesita aunque hay que ayudarle a ser asertivo para decir lo que siente y resolutivo para buscar soluciones sin mendigar el afecto y la comprensión de los demás. Eso es todo lo contrario de ser paternalista.

No se trata de proteger al que sufre el acoso despojándole de su protagonismo para hacerle frente, como si fuera un pobrecito totalmente desvalido. Proponer reuniones conjuntas del acosado con los compañeros de clase para que comprendan el alcance de su actuación puede servir momentáneamente, pero puede que se sientan obligados a rectificar su conducta por mera presión externa de los adultos y luego las cosas vuelvan a ser como antes, acaso más recrudecidas.

El que sufre acoso tiene que hacer valer lo que siente, a veces rabia y dolor; tiene que expresarse verbalmente y reafirmarse ante el derecho a sentirse como se siente y exigir a los demás un respeto que, no necesariamente, implica una corriente de afecto y simpatía hacia él. El objetivo ante el acoso no es que nos quieran, sino que nos traten con respeto.

Tiene que haber, por supuesto, una implicación de los padres y profesores para que hagan comprender a los alumnos que no está permitido el acoso escolar. Pero hay que tener una especial sensibilidad con el acosado para no tratarle como una mera víctima que no tiene recursos ni capacidades para caer bien a sus compañeros. Lo repito, no se trata de mendigar afecto sino de exigir respeto.

El paternalismo sólo sirve para seguir haciendo depender al acosado de la intervención de los adultos para frenar el acoso. Ayudemos al que lo sufre para tener herramientas y recursos propios para afrontarlo.

 

Caminamos… Belén Casado Mendiluce

belencasadomendiluce@gmail.com

www.psicologiapersonalizante.com

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Sobre el autor

Soy Licenciada en Psicología y desarrollo mi trabajo en una consulta privada. Mi vocación desde joven ha sido la psicología, y a través de ella he buscado comprender a los demás y a mí misma. Desde ese trabajo interior, intento que lo que transmito sea un reflejo de aquello en lo que creo y que me sirve a mi. Me siento siempre en búsqueda, abierta a aprender de todo aquello que me haga crecer como persona. Y creo que lo que se vive como vocación no es sólo patrimonio mío sino que puede servir a los demás.


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