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Cristina Saraldi

Madre y aprendiz

Las sombras naranjas

Sí, conozco mis sombras, y aunque me cueste reconocerlas, soy una afortunada por detectarlas. Y también grito… Y no me siento bien por ello.

Cada vez que grito a mi hija o a alguna de las personas a las que quiero (suele sucederme sólo con mi pareja y mi familia cercana), luego se apodera de mí una sensación extraña.

Es por ello que, después de mucho reflexionar, y creyéndome capaz, aunque con un camino arduo por delante, he decidido unirme al reto del Rinoceronte Naranja.

Una mamá estadounidense se propuso, en enero de 2012, cambiar algo dentro de sí misma. Gritaba a sus hijos más de lo que le gustaría, y justo ahí decidió crear una web donde describir su reto naranja particular. Así lo hizo hasta hoy, que sigue escribiendo sus progresos e invitando y animando a muchas más familias a unirse a esta aventura que comenzó hace más de un año.

Así que, como llevo días recibiendo en mis rincones online al Rinoceronte Naranja, creo que es momento de que le abra la puerta y vea si podemos convivir pacíficamente, sin gritos y sobre todo, con mucha paciencia y mucho amor. ¿Te apetece unirte al reto?

Hace también bastante tiempo que vi este vídeo en Internet. La primera vez que lo vi me impactó. Incluso aún ahora, varias veces después, me sigue impactando tanto o más que la primera. Es tan real y tan cierto que nuestros hijos son el vivo reflejo de sus padres, que creo que ya va siendo hora de que los padres y las madres asumamos nuestra verdadera responsabilidad en el comportamiento y en la gestión de las emociones de nuestros hijos.

Dado que me gustaría que mi hija gritara poco o nada a sus padres, amigos, ex amigos, jefes, exjefes, compañeros de trabajo, hijos y todo aquél con quien tenga que relacionarse, he decidido unirme al reto y valorar si soy o no capaz. No me pondré el listón muy alto porque sino me frustraré en exceso si no lo consigo; aunque el sólo hecho de subirme a este barco me produce una emoción muy pero que muy interesante.

Aquí os dejo el post  donde se explica en castellano cómo se creó esta iniciativa y si queréis podéis uniros al grupo de Facebook  o compartir en Twitter con el  hashtag #rinonaranja y #yanogrito. Y ahora os copio los 12 pasos que propone la creadora naranja para conseguir el reto:

Paso 1
Reconoce que necesitas cambiar; decídete y comprométete totalmente a hacerlo: la madre reconoce que modificar un mal hábito es en realidad un gran trabajo, que requiere muchísima energía y concentración. Por esto, ella decidió tomárselo en serio y hacerlo su prioridad. “Creí en él (el desafío) y en mí misma, y me prometí que haría lo fuera para tener éxito”, comenta en su blog.

Paso 2
Establece un objetivo: que no sea demasiado vago ni tampoco abrumador, pero sí que motive y que sea  medible. “Escoge una meta que te ayude a gritar menos y fomentar la confianza”, alienta, y propone algunas alternativas a los 365 días: pueden ser 30 días sin gritar, 30 horas de acostarse sin levantar la voz, una semana, etc.

Paso 3
Comparte tu objetivo, para poder rendir cuentas: “MamaRinoceronta” aconseja contarles a familiares y amigos sobre la propuesta, para que ésta sea “real” y no sólo una idea. “Sí, fue difícil admitir que gritaba demasiado, pero sabía que era importante tener un grupo de personas a quienes rendir cuentas y compartir mis progresos”, señala.

Paso 4
Crea una red de apoyo: elige a quienes te darán su respaldo para que puedas sobrevivir al desafío. Según la madre, deben ser cuatro tipos de personas:

1.- Aquellas a quienes puedes llamar cuando tengas ganas de renunciar y que siempre te dirán que no lo hagas, que puedes seguir adelante y que lo estás haciendo de maravilla.

2.- Aquellas a quienes puedes escribir cuando sientes que necesitas gritar y que sabes que te contestarán rápido con un “no lo hagas”.

3.- Tus propios hijos, quienes cuando se den cuenta de que estás a punto de gritar, te lo harán notar enseguida.

4.- Una comunidad de Facebook, donde puedas encontrar consejos, estímulo en los días malos y refuerzo en los días buenos.

Paso 5
Identifica qué provoca tus gritos: esto ayuda a que elabores un sistema de alarma mental, identifiques los prob

lemas pequeños, adquieras conciencia de ti misma y crees un plan de medidas preventivas.

Paso 6
Comienza lentamente a practicar: como es difícil dejar de gritar de un día para otro, “MamaRinoceronta” reco

mienda seguir haciéndolo pero lejos de los niños (en el baño, en el dormitorio con la puerta cerrada, etc.). Luego señala que es posible reemplazar los gritos por sonidos, silbidos o cualquier cosa que venga a tu voz. “La clave aquí es repetir y aceptar que ‘no siempre puedo controlar las acciones de mis hijos, pero SIEMPRE puedo controlar mi reacción’”.

Paso 7
Continúa practicando: luego de sobrevivir a la primera etapa de no gritar frente a tus hijos o reemplazar los gritos por otros sonidos, podrás darte cuenta de que tienes el control sobre ti misma para no levantar la voz. Así que, debes seguir trabajando hasta encontrar tu ritmo.

Paso 8

Mantén tu meta siempre presente: haz lo que sea necesario para recordar la promesa que hiciste. En su blog, “MamaRinoceronta” cuenta que para lograrlo llenó su casa de adornos de color naranja, vestía ropa del mismo tono, ponía mensajes, y cualquier idea que se le ocurriera.

Paso 9
Si gritas, persevera en tu desafío: la madre reconoce que debió recomenzar su reto en varias ocasiones, lo que la hizo sentirse desalentada. Sin embargo, comenzó a recordarse a sí misma que todo era un proceso y que tomaría tiempo. “Dejé de ser tan dura conmigo misma y cuando gritaba, me perdonaba, le ofrecía disculpas a mis hijos y prometía seguir intentándolo”, relata.

Paso 10
Celebra cuando tengas éxito: la idea es que seas creativa y que cada vez que no grites, hagas algo para celebrar: levantar los puños en señal de triunfo, publicarlo en Facebook, llevar un calendario e ir tachando los días en que no has gritado, etc.

Paso 11
Deja de gritar, comienza a pensar y continúa en calma: el consejo de “MamaRinoceronta” es que cuando sientas que quieres gritar, cierres tu boca, aprietes tus manos y cuentes hasta 10. También que analices qué te hizo querer levantar la voz, qué puede calmarte y cómo puedes proceder. Luego, continúa en calma.

Paso 12
Recuerda que no estás sola: “Muchos creen en ti y están allí para ayudarte”.

Esperamos que esta iniciativa remueva conciencias y poco a poco vayamos sanando ese niño interior que habita dentro de nosotros y podamos gritar, por lo menos, un poquito más bajo de lo que nos gritaron a nosotros.

Mi hija me puso la vida patas abajo y me encanta aprender a andar con mis manos

Sobre el autor

Cada vez hay más consciencia social acerca de la importancia de escuchar al niño. Mi hija mayor fue mi acompañante y motor para el cambio que hice en mi vida: dejé mi trabajo en televisión por perseguir este sueño que un día tuve. Se llama "Froggies" y fue mi primer proyecto. En 2016 me convertí en bimadre, y esta aventura me está resultando muy intensa. Creo firmemente que los adultos tenemos mucho que cambiar para ofrecer a los niños un lugar mejor donde vivir.


agosto 2013
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