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Cristina Saraldi

Madre y aprendiz

Mi curso Montessori con Céline

Este fin de semana he asistido a un curso Montessori y he vuelto con las pilas recargadas. Cierto es que ha sido agotador y muy intenso, pero sin duda, ha merecido la pena.

El curso lo impartía Céline Hameury, guía Montessori y una perfecta dinamizadora de grupos. Podría decir que me siento una afortunada de haber hecho el curso con ella, ya que transmite, además de su conocimiento (que hoy en día es algo que se suele echar de menos), su pasión por lo que hace; algo que te lleva a despertar de paso cositas dentro de ti mismo.

Si estás pensando en aprender, bien como padre, madre o educador, una manera diferente de ver y acompañar a los niños, te recomiendo este curso sin lugar a dudas. Es una introducción muy interesante al mundo Montessori que supone, sin duda, una nueva visión de la infancia y del planeta.

En breve publicaré una entrevista que estoy haciendo a Céline, así podéis saber un poquito más acerca de Montessori según los ojos de una experta. Sin embargo, hoy quería plasmar en mi blog algunos detalles que he aprendido con ella y que me han gustado mucho acerca de la pedagogía Montessori.

Antes de nada, destacaría la figura de María Montessori, a quien podríamos definir como un genio. Sin embargo, al vivir en la época en la que vivió (31 agosto 1870 – 6 mayo 1952) era muy difícil que una mujer destacara en algo. Y aunque lo hizo, luego llegó la guerra y quedó fácilmente en el olvido. Y me pregunto ¿por qué en las carreras de Pedagogía o Magisterio sólo se menciona de pasada? Si podemos comprobar que su método funciona claramente, ¿por qué socialmente interesa más adoctrinar a los niños y no permitirles reflexionar y ser autónomos? Hoy en día hay multitud de personajes famosos que han estudiado en métodos Montessori, y el ver en qué empresas o puestos están, dice mucho (y bueno) de este método.

María Montessori era médico, científica, educadora, psiquiatra, filósofa, psicóloga, humanista y madre. Y si a toda su formación le sumamos sus viajes por el mundo, su experiencia y su amor por los niños, ¿cómo no iba a crear una persona tan bien formada (y encima mujer, que en la época no podían apenas estudiar carreras universitarias) algo válido a la vez que interesante? Para mí su método consiste principalmente en dejar a los niños aprender según sus distintos procesos madurativos, a su ritmo y con un acompañamiento respetuoso. Y lo más importante, experimentando, sintiendo, comprobando y llegando a conclusiones por ellos mismos. Con ayuda de los guías o de los propios compañeros que ejercen de guías.

En las aulas todo el material está al alcance de los niños. Ellos mismos aprenden (gracias al método) a respetarse, a esperar sus turnos, a ser pacientes, a compartir siempre que quieren y a no compartir cuando no quieren, a hablar en público, a emocionarse, a cuidarse, a cuidar la vida y los objetos que usan en su vida; pero sobre todo, a amar y a entender la vida como un todo, que es la parte que más me ha interesado. En Montessori no se estudia matemáticas, ni lengua, ni ciencias, ni historia ni ninguna asigntura por separado. Los niños aprenden todas estas materias de una manera integrada y todos los materiales Montessori están relacionados entre sí. Es maravilloso comprobar cómo un mismo material, que se empleó para aprender la vida práctica, puede ser usado también cuando se tocan ciencias o cuando se aprende a sumar o restar.

Se aprende de la magia de la lentitud, del silencio y de la vida real. Siempre acompañados de amigos y compañeros con quienes compartir tantas horas y tanto crecimiento. Y el simple hecho de saber que los niños se enseñan los unos a los otros y que comparten espacios mezclando edades, me parece que aporta aún mucha más fuerza a este método que tanto me ha maravillado.

Podría extenderme durante horas, pero no quiero hacerlo demasiado largo. Para terminar, me gustaría añadir que he incluido a Céline en el título del post porque este curso no habría sido lo mismo sin ella. Es una persona llena de fuerza y amor. Y así lo transmite a todos los que participamos en sus cursos. Una suerte haber podido cruzarme con ella en el camino y una suerte que Montessori tenga una discípula que divulgue su palabra y su método con tanto amor como lo haría la propia Montessori. Estoy convencida de que, si pudiera verle por una mirilla desde donde esté, estaría muy orgullosa de ver lo que está haciendo Céline.

Muchas gracias de corazón y gracias también a todas mis compañeras y dos compañeros por este finde tan intenso e interesante a nivel emocional. Ojalá este tipo de cursos puedan ayudar a que la educación, al menos en España, cambie de verdad.

Mi hija me puso la vida patas abajo y me encanta aprender a andar con mis manos

Sobre el autor

Cada vez hay más consciencia social acerca de la importancia de escuchar al niño. Mi hija mayor fue mi acompañante y motor para el cambio que hice en mi vida: dejé mi trabajo en televisión por perseguir este sueño que un día tuve. Se llama "Froggies" y fue mi primer proyecto. En 2016 me convertí en bimadre, y esta aventura me está resultando muy intensa. Creo firmemente que los adultos tenemos mucho que cambiar para ofrecer a los niños un lugar mejor donde vivir.


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