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Cristina Saraldi

Madre y aprendiz

2 actividades con colorante alimenticio

Aunque ahora me pasaría líneas y líneas recordando estas maravillosas vacaciones de desconexión en familia con amigos (además, era lo que necesitábamos los 6), prefiero centrar este ratito que tengo para contaros 2 actividades que hemos hecho con colorante alimenticio. ¿Y por qué? Simplemente, porque lo hemos pasado genial y me parece lo mínimo compartirlo con vosotros.Lo primero de todo os contaré que encontré una oferta 3×2 en El corte inglés de Cartagena y por eso compré muchos botecitos que nos dieron mucho juego y color.

La idea de aprovechar estos días y experimentar surgió, además de porque me encanta jugar, porque Valentina, la hija de unos buenos amigos, cumplía 3 añitos y qué mejor oportunidad para celebrarlo que jugando con los sentidos. A mí me van los regalos más experienciales que materiales. Así que este año, una vez más, pudimos experimentar, descubrir, sorprendernos, mezclar, mancharnos, saborear y sobre todo reír y pasar un rato mágico.

Los colorantes alimenticios los compré de la marca Vahiné, y vienen 3 botecitos con 3 colores: granate, azul verdoso y amarillo. Los 3 colores los puedes mezclar y así sacar muchas más tonalidades. Por menos de 2 € compré cada pack de 3 botecitos.

Jugando con spaguettis de colores

El cumpleaños de Valentina lo aprovechamos para mezclar la pasta y crear distintos colores. Ni más ni menos que 7 colores diferentes: amarillo, rosa, naranja, verde, azul, morado y blanco.

La actividad la presenté de manera muy visual. Un pareo muy grande en el patio; los 7 recipientes con pasta en el centro y una cartulina blanca al lado de cada uno de nosotros (que éramos 6).

Todo estaba tapado hasta que Cloe y Valentina llegaron al lugar. Entonces destapamos la sábana que lo ocultaba y… Tacháaaan! Sorpresa!

Lo primero fueron caras de sorpresa, mucho paladar y mucho gusto. Después de comer y tragar, metían las manos en los recipientes y disfrutaban de las sensaciones entre risas y miradas de complicidad.

Tras un largo rato observándoles y disfrutando de ellas, propusimos crear un cuadro con los spaguettis. Esta parte fue la más divertida porque los “mayores” también nos animamos a crear, además de que fuimos experimentando con la pasta: haciendo bolas primero, pintando con ellas, cortando spaguettis, creando figuras… En definitiva, dejamos nuestra creatividad fluir y nos sorprendimos nosotros mismos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La leche mágica

Dos días después le tocó el turno a la leche. Un buen bol con leche de vaca, dos palillos y colorante a gotitas fueron los responsables de crear nuestra leche mágica.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Removimos con los palillos la leche mientras se creaban mandalas de lo más originales.

Aprovechamos la leche para muchas más gotitas de colorante que nos dieron más y más experiencias.

Fue un viaje a través del color que nos resultó muy divertido. – Mira mamá que verde tan bonito…

 

 

Sin duda, unos días maravillosos que estuvieron acompañados de estas dos actividades y muchas más. También hubo mucho amor y diversión. Qué más se puede pedir!

Espero que os hayan gustado y que las llevéis a la práctica. Y recordad que el colorante se va, aunque no a la primera 😉

Mi hija me puso la vida patas abajo y me encanta aprender a andar con mis manos

Sobre el autor

Cada vez hay más consciencia social acerca de la importancia de escuchar al niño. Mi hija mayor fue mi acompañante y motor para el cambio que hice en mi vida: dejé mi trabajo en televisión por perseguir este sueño que un día tuve. Se llama "Froggies" y fue mi primer proyecto. En 2016 me convertí en bimadre, y esta aventura me está resultando muy intensa. Creo firmemente que los adultos tenemos mucho que cambiar para ofrecer a los niños un lugar mejor donde vivir.


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