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Irene Crespo

Uno más en la familia

Protagonizaron el blog buscando un hogar y ya lo han encontrado (II)

Goxo y Ona inspeccionando su hogar el día que llegaron

Bueno, el martes os conté varios finales felices de peluditos que habían salido en este blog buscando familia y por fin la habían encontrado (podéis leerlo pinchando aquí), pero os dije que me reservaba un final muy muy especial para hoy y lo prometido es deuda… ¿Os acordáis de Mendi? El cachorrito de setter inglés que querían matar por ser sordo (podéis leer su historia haciendo click aquí) pues…¡adoptado! Desde el pasado sábado está en su nuevo hogar, una casa de campo donde tiene un montón de sitio para correr y jugar. Marta se enamoró de él y quiso que fuese un miembro más de su familia en la que, además de varias personas, viven otra perra de 11 años, 4 gatos y una coneja (ahí es nada, ¡como para aburrirse el enano!).

Ona conociendo por primera vez en su vida mimos y un sofá

Y, esto no es todo… Vosotros no habéis llegado a conocer a Ona, pero en cuanto os hable de ella, sabréis quién es… ¿Recordáis los cachorritos de Zaldibia a los que estuvimos buscando casa hace unas semanas porque el casero amenazaba con matarlos? (tenéis toda la historia de estos cachorritos pinchando aquí). La madre de los perritos era una setter gordon preciosa. En su momento el casero decía no querer deshacerse de ella, me dijo que tenía 8 o 9 años, pero que cazaba muy bien… En fin, la cosa es que a los pocos días de empezar a mover a Mendi buscándole una casa, me llegó el aviso de que el casero ya no quería a la perra. Nos la intentó vender, obviamente no accedimos, pero dije a la persona que hacía de intermediaria, que me la llevaba si me la cedía. Como para él era sólo un estorbo, accedió rápidamente (eso sí, dándome 10 días de plazo para sacarla de su cobertizo…). Gracias a la casa de acogida de uno de sus cachorros, que se ofreció en cuanto supo de la historia de la madre, pudimos sacar la perra de allí día y medio después. Cuando cogí la cartilla de la perra vi que, los 8 o 9 años que dijo el casero, eran 11 y medio (no creo ni que él mismo lo supiese), que la perra había pasado ya por 4 o 5 dueños… Me encontré con un verdadero amor de perra que no pedía más que mimos y que por cada caricia se mostraba tan agradecida… No supieron decirnos ni cómo se llamaba… Su último propietario la llamaba de dos o tres maneras diferentes, en su cartilla venía otro nombre y…la perra no movía ni un pelo con ninguno de ellos (nunca la habían llamado por su nombre), eso sí, silbabas y acudía ipso facto… Me llegó tan dentro su forma de ser, su agradecimiento por cada minúscula cosa, caricia, atención… “Tengo que encontrarte el mejor de los sitios”, pensé. Nuestra chica resulto tener algo de cataratas y artrosis, nada serio teniendo en cuenta su edad y las condiciones en las que ha vivido… “Te encontraremos un buen sitio, de verdad” no paraba de repetirle yo… Ahora que por fin iba a tener una vida digna, merecía un nombre, qué menos… No la pude llamar de otra manera que Ona, no he visto perra más buena con todo lo que ha tenido que pasar… Explotada para caza y cría, teniendo cachorros a sus 11 años y otra camada un año antes, sin vacunar desde 2003…

Dos días después de la salida de Ona del caserío, Marta contactó preguntando por Mendi. Rellenó el cuestionario que tenemos para adopciones y al día siguiente mantuvimos una larga charla telefónica. Me habló de su vida, de su casa, me enseñó fotos y vídeos… “Guau, Mendi, me parece que ya tienes tu ángel, mi niño, verás cuando se lo cuente a Vanessa” pensé… Al colgar el teléfono, pensé en todo lo que habíamos hablado: las ideas de Marta con respecto a los animales, su forma de vida, su casa… “Ay Onita, sería ideal para ti, mi reina…”. Así que propuse a la familia adoptar a la abuelita también. Les conté su historia y enseguida aceptaron… ¡Os prometo que me costó no ponerme a llorar y dar saltos de alegría a la vez! Continuamos el proceso de adopción y… ¡el sábado pasado Mendi (ahora llamado Goxo) y Ona viajaron al que será su hogar para siempre!.

He hablado con la familia y sé que están felices no, lo siguiente, con los dos y ellos…¡qué os voy a contar! Goxo os podéis hacer una idea y la abueli… conociendo por primera vez lo que es tumbarse en el sofá, dormir en un colchón que es su cama, tener mimos por doquier… Así que Vanessa feliz por Mendi (Goxo) y yo por él y por Ona porque al final el hogar que le he encontrado a la abuela es aún mejor de lo que podía imaginar… Gracias Marta, gracias Eli (hermana de Marta y propietaria de Ona), no sabéis hasta qué punto os estaré siempre agradecida (y me consta que Vanessa también). Sed felices, enanos, se os echa mucho de menos por aquí.

Ahí van unas fotillos para que veáis lo mal que viven Ona y Goxo…

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Sobre el autor

Blog dedicado a todo lo relacionado con el mundo de las mascotas: adopciones de perros y gatos, eventos, consejos prácticos para cuidar a ese miembro tan especial de la familia.


agosto 2014
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