Enfilaba el Opel Vectra camino de la obra del ‘Topo’ en Añorga, hoy llamado Metro
de Donostialdea. El cale del túnel me esperaba y yo rebuscaba entre los CDs
del coche algo apetecible ahora que mi vástago ausente me permitía elegir. Ya
había asumido que me toparía con una desgastada grabación de Chavela
Vargas, ideal para recrearse en la melancolía. Pero salió un jueguecillo
de Bob Dylan. Los clásicos pueden permitirse sus licencias. Con voz
cascada a lo Sabina, Dylan se atrevía con ‘El pequeño tamborilero’ y
otras piezas del acervo tradicional navideño.
‘Chrismas in the Heart’,
Así se llama el descubrimiento.