Es lo que tiene. Una semana dando la lata:

-Tenemos que ir al Palacio de Aiete a ver la exposición sobre Ana Frank.

Sale un día espléndido como el de ayer y se apunta al plan hasta la abuela. El pequeño lo tiene asumido. A la mayor, le toca pelo, pero, lectora como ha sido del ‘Diario’, resuelve el asunto en poco tiempo.

Ocurre que nuestra idea la han tenido también muchos otros donostiarras. Además del vídeo en que se relata la dramática vida de aquella talentosa jovencita, la exposición ofrece paneles informativos. No hay más. Y todo ello en un espacio reducido.

Demasiadas cabezas en cada póster. Salgo con el pequeño;  después, la nena. La abuela resiste la presión hasta el final.

-¡Qué triste historia y qué gran exposición!, -dice, reconciliándome con la iniciativa-. Mi madre siempre ha sido una persona positiva.

Admiramos el gran trabajo de los arquitectos Aitzpea Lazkano y Carlos Abadías y enfilamos el coche rumbo a Igeldo.

Otros muchos donostiarras han tenido la misma idea. Terminamos comiendo en casa. De segundo, ‘Telepizza’. Un homenaje a la adolescencia.