…es más es
más bien poco. Una exposición de faros en Sevatur, una estudiante de
inglés de zapatos estilosos que conocí en Londres y, claro está, la
guerra. Nunca hablé de ‘eso’ con ella.

Croacia, sus faros, la chica y la guerra volvieron ayer a tropezarse
conmigo. Preparo un viaje con las amigas del colegio para conmemorar la
permanencia de la amistad cuando los 50 asoman por la ventana. Y la más
rápida de ellas ha puesto sobre la mesa unos folletos de  Dubrovnik.
Llegar primero siempre ha sido un grado. Y ella ha empezado a hablar de
los pescados y el vino blanco que piensa tomarse en sus terrazas.