La metáfora no es mía, es de la compañera bloguera Beatriz Abacens. La televisión tunecina grabó el registro del palacio del dictador. Fajos y fajos de billetes. Joyas. La cueva de Ali Baba, relataba la periodista afincada en Túnez.
Leemos sobre la lluvia de muertos que deja la ambición de Gadafi en Libia. Otro Ali Baba que visitó España con camello, tres aviones y 30 guardaespaldas vírgenes. Los ciudadanos piden en su país lo que les pertenece y pagan con su vida.
Que se vayan los ambiciosos. Y que den cuenta de sus crímenes.