Yo estoy con Mourinho. Seguro que Dios piensa que es un tío cojonudo, al menos distinto a la media, cortados todos por el mismo patrón del creador. De las múltiples facetas del entrenador del Madrid -orgulloso padre de familia, enamorado de su mujer, tramposo ocasional, presa de la ira, líder con carisma, constructor de su personaje, cariñoso con los jugadores- me quedo con el tipo con acento.
Hay que hacer un esfuerzo extra para entender a Mou. Mucho te tiene que gustar el fútbol o el personaje para seguir una de sus ruedas de prensa. Es la primera regla de la dicción: si abres la boca te entienden. Pero me da que él no quiere. En boca cerrada no entran moscas. La primera línea de la batalla está llena de enemigos y necesitas coraza. El acento portugués que no abandona mantiene templado su corazón.