El director de un centro escolar que conozco manda de vez en cuando a los alumnos:
-Recoge ese papel.
Se trata de un imperativo alejado de la sociología del momento.
-Si yo no lo he tirado -responderá más de un alumno-.
-No vuelva a mandar a mi hijo recoger un papel que no ha tirado -imagino a unos padres airados-.
A mí, sin embargo, la petición me resulta entrañable. Se atreve a
ejercer la autoridad, tan desprestigiada. Y enseña un ‘hoy por ti,
mañana por mí’ saludable.
Lo digo por la negativa de los pescadores gallegos a la propuesta de la
UE de recoger plásticos del mar.
P.D. Tomo prestada la foto de la página desmotivaciones. Entrar en ella es realizar un magnífico viaje.