Una vez, Gabriel García Márquez tituló uno de sus artículos en El País: ‘Seamos machos: hablemos del miedo al avión’. Pues bien. Seamos machos: hablemos de la mujer. Podemos empezar por Nafissatou Diallo, la limpiadora a la que el presidente del Fondo Monetario Internacional
acorraló en la habitación y violó. La policía la encontró escondida detrás de un armario, llorando y vomitando.
Hemos asistido a la defensa de Strauss Kahn por parte de famosos intelectuales franceses. ‘El País’ ha publicado largos artículos de Bernard-Henry Lévy, en las que saca la cara al abusador. El ex ministro de Cultura, Jack Lang, pidió la liberación bajo fianza del detenido, “porque no había matado a nadie”. Para las sociedades machistas, una violación es poca cosa.
Ayer el teólogo Leonardo Boff escribía un artículo al respecto. Y decía que lo ocurrido en la habitación del Sofitel es una metáfora de las prácticas del FMI. Ello, “en una sociedad que ha perdido todo sentido de la dignidad y se ha brutalizado por una concepción materialista de la vida, que todo lo convierte en objeto y mercancía”. No se lo pierdan.