Siento un enorme aprecio por lo que el Liceo francés de San Sebastián me enseñó en mis años de estudiante. Fue tal el bagaje cultural y emocional que posó en mí que creo que no sería la misma sin haber ido a ese colegio. Tal vez pueda parecer exagerado pero está claro que para mí no lo es porque he enviado a mis dos hijas al Liceo francés de Madrid. No cabe duda de que todos los colegios tiene lo suyo, no existe ninguno perfecto y lo importante es que se coincidan en la mayor parte de las cosas con la mentalidad de los padres y de los alumnos y ante todo que todos se encuentren a gusto. No sé mucho más de lo que hoy van a hacer en el resto de los colegios pero en el Liceo van a tener un minuto de silencio en recuerdo a las víctimas de la barbarie del viernes y luego les van a explicar lo ocurrido. Conviven en este colegio niños muy diferentes, que llegan de todos los países. Es un colegio laico pero respetuoso con las creencias y costumbres de los alumnos. Para mí, son un símbolo de su gran emblema: Liberté, egalité y fraternité. Si lográramos cumplir esta premisa, viviríamos en un mundo mejor. Esto es simplemente un post, una opinión muy personal. Simplemente, hoy estoy agradecida al colegio.
Aprovechando mi vena francófila, ahí dejo mi lista de autores franceses que me gustan: Yasmina Reza, Emmanuel Carrére, Patrick Modiano, Foenkinos… Y de los clásicos: Camus, Victor Hugo, Saint-Exupéry, Baudelaire, Voltaire, Molière, Flaubert y añado al gran Stendhal que había olvidado y me lo ha recordado mi querido amigo Patxi. Siempre a tiempo para añadir buenas lecturas. releeré Rojo y negro.
Después de estos días de reflexión, tristeza y mal cuerpo, mañana intentaré recomendar una novela alegre y una canción que me haga bailar.