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Edgar Indurria Jiménez

Nutrición y cocina saludable

Poco a poco.

Desde este espacio he dicho varias veces que un estilo de vida saludable no pasa por hacer una dieta X para bajar unos kilos. Está muy lejos de eso. A día de hoy está de sobra demostrado que la única manera de conseguir equilibrar tu peso (mejor dicho sería tu composición corporal) es hacer un cambio en tu estilo de vida. ¿Y esto qué es? El estilo de vida engloba otros puntos además del alimentario como pueden ser la actividad física, el estrés, las horas de sueño, el tabaco o el consumo de alcohol entre otros aspectos.

Y es aquí donde muchas veces aparecen los problemas. Es decir, si por ejemplo viene a la consulta una persona que está acostumbrada a comer muchos alimentos ultraprocesados, a penas cocina,  no hace ejercicio,  trabaja sentada en una oficina 8 horas diarias,  duerme mal, fuma y los fines de semana se toma alguna copita es necesario ser consciente de que no se pueden hacer, generalmente, muchos cambios de golpe.

 

Está claro que si quiere mejorar su salud necesita hacer un cambio drástico en su estilo de vida. ¿Pero es necesario hacerlo todo de golpe? Normalmente no pero depende, si se encontrase por ejemplo muy delicada de salud igual no tendría alternativa pero si no es el caso, desde mi punto de vista es mucho mejor ir logrando pequeñas conquistas que vayan sumándose paulatinamente. En mi campo, la alimentación he ido evolucionando mi manera de trabajar. Cómo me “enseñaron” a hacer el seguimiento de un paciente en la carrera y cómo lo hago a día de hoy es totalmente diferente. Es importante que la persona sea consciente que es ella la que tiene que hacer un trabajo. En el dietista-nutricionista encuentra el apoyo de una persona que con sus conocimientos puede ayudarle a diseñar un plan alimenticio específico según su caso. Pero sirve de muy poco o de nada endiosar la figura de este profesional buscando la salvación sin ningún esfuerzo.

Seamos claros, los cambios cuestan, y modificar el estilo de vida requiere motivación, constancia y mucho curro pero esto es compatible con tener de vez en cuando un respiro. Es decir, debes ser consciente que estás aprendiendo y no necesitas alimentarte de manera “perfecta” el día después de visitar al dietista-nutricionista. No te cargues con esa presión que hará que si un día te “saltas la dieta”…(que poco me gusta esa expresión), aparezcan las culpas, los “ves, si es que no tienes fuerza de voluntad”, “no lo vas a conseguir”, etc. En cambio si lo ves como un proceso de aprendizaje es normal que cometas errores y NO PASA NADA….mañana a seguir adelante.

 

Este cambio en el estilo de vida puede empezar por cocinar en casa. Ese pequeño paso ya va a mejorar mucho la alimentación. Se saldrá de alimentos ultraprocesados, de comida basura en general y empezará a comer comida!! Que es la base fundamental de la dieta saludable, la comida sí, ni más ni menos, es decir, alimentarse a base de materias primas. Luego podemos ir incidiendo poco a poco en qué alimentos son más recomendables que otros, aportando recetas y trucos para hacer el cambio desde el disfrute. Porque comer sano puede ser delicioso con un poco de imaginación.

Así que de una vez por todas, vamos a olvidar las dietas y empezamos a entender la alimentación como una pieza más del puzzle que forma un estilo de vida que es sinónimo de salud.

 

 

 

Hasta la semana que viene!

 

 

Temas

Un espacio donde aprenderás las claves de la alimentación sana y cómo ponerla en práctica, con recetas que unen salud y sabor

Sobre el autor

Desde que tengo memoria como. Y no he dejado de hacerlo hasta hoy. Cuando estudié nutrición en la Universidad Autónoma de Madrid empecé a entender que había maneras de alimentarse que contribuían a mi salud. Me di cuenta de lo importante que es hacer llegar a la gente algo tan fundamental como aprender a elegir los alimentos y a esto es a lo que me dedico a día de hoy.


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