Para esta primera publicación tenía pensado hacer dos cosas; una pequeña descripción de mí misma o explicar la razón del nombre de mi blog (a pesar de que posiblemente algunos ya os hacéis una idea). Finalmente, haré la segunda. Lo que soy es lo que escribo. Prefiero que me conozcáis de esa manera. Que mis palabras dibujen mi personalidad y mi manera de ser. Cuando escribo, escribo de corazón y hablo de mi verdad, que no necesariamente quiere decir que sea la verdad. Siempre desde el respeto y desde mi forma de interpretar y vivir las cosas. Opino que no hay mejor manera posible para conocerme.

Me gustan las críticas, tanto las buenas como las malas. Las buenas, porque significa que algo estoy haciendo bien y las malas porque me ayudan a darme cuenta de mis fallos. Tengo mucha hambre, hambre de ser mejor cada día en todos los aspectos, y hambre de cumplir mis sueños. Me gusta y creo en lo que hago. Por ello, voy a dar lo mejor de mí. Porque una vez lo das todo, no hay más.

Como ya escribí un día, para mí, el deporte es una forma de vida. El deporte es levantarte los domingos temprano y vestirte de chándal. Es ponerte música antes de una competición mientras te preparas la bolsa. Son los nervios antes de que esta empiece y el momento exacto en que tus pies se ponen en contacto con el suelo sobre el que te vas a dejar la vida. El deporte es esconderte para llorar cuando pierdes y el grito de alegría cuando ganas. Es aceptar y afrontar una lesión. Es compañerismo y es trabajo en equipo. El sentimiento de satisfacción al dar lo mejor de ti, y el concepto de quien mejor entrena, mejor compite. Son las grandes amistades que se hacen en el terreno de juego y se olvidan dentro. Es una lucha constante, entender que si tú no haces el esfuerzo nadie lo va a hacer por ti. Es tener éxito y el éxito no implica ganar, significa dar el máximo que tienes. En definitiva, el deporte es trabajo, trabajo y trabajo.

He decidido llamar a este blog ‘Mi pase atrás’ por diferentes razones. Muchas veces he escuchado que cuando mi padre llegó al Barça tenía una especial manía en echar el balón hacia atrás. Y cada vez que lo hacía, treinta mil personas le pitaban por ello. La gente no entendía el porque si la portería estaba delante, el balón tenía que ir hacia atrás. Pero mi padre siguió con su juego, pese a cualquier crítica. El balón siempre atrás, siempre con precisión.

Más tarde, este pase atrás se convertiría en un modelo del fútbol. Por lo tanto, en su momento, la mejor cualidad de mi padre también era la más criticada. Pero eso no importa, no importa cuanto te critiquen si lo que haces es algo en lo que crees firmemente. Yo quiero que este blog represente y transmita esa determinación y precisión. Yo quiero hacer ese pase atrás. Quiero tener una postura, un símbolo que me defina. Que mi opinión personal quede reflejada en cada uno de mis artículos dejando bien claros mis principios.