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Lorenzo Mejino

Series para gourmets

Homeland: la sensación de la temporada

Series para gourmets ya suma dos meses y medio de vida y, a modo de pequeño homenaje, consideramos que llega la hora de comer ostras con champán para hablarles de Homeland (madre patria, en español), la sensación de la temporada. Tal cual. Esta joya de Showtime representa lo mejor del thriller de espionaje a través del juego que se traen sus dos protagonistas, que se comportan como si fueran el gato y el ratón. La trama se ajusta como una pieza de reloj suizo y mantiene al espectador absolutamente enganchado y asombrado a lo largo de la docena de capítulos que ha durado la primera temporada. Aprovechando que su segunda temporada se estrena el próximo 30 de septiembre, y barruntando que la serie no se irá de vacío de los premios Emmy (ya atesora dos Globos de Oro), hoy nos vestimos de gala para descubrirles una obra maestra que entrará de lleno en su podio de honor debido a su indiscutible calidad y potente capacidad de adicción. Al tiempo.

Ficha: Homeland (2011-). Una temporada de doce capítulos que rondan la hora de duración. Serie basada en la original israelí ‘Hatufim’/’Prisoners of War’, creada por Gideon Raff. Producida por Fox 21, la cadena de cable Showtime la ha retransmitido en Estados Unidos y Canal +, en España a través de la Fox.

Sinopsis: El sargento Scott Brody regresa a Estados Unidos, donde será recibido como un héroe, después de permanecer ocho años secuestrado en Irak. Carrie Mathison, por su parte, trabaja para la CIA y piensa que éste algo debe saber sobre el enemigo al mismo tiempo que comienza a desarrollar la idea de que su retorno podría ser una amenaza para su país.

La trama: El episodio piloto es una verdadera maravilla y no nos arriesgamos en absoluto si les garantizamos que les encantará. El sargento Brody regresa a su país después de permanecer ocho años en el cautiverio en Irak. La nación ve a un héroe y así le tratan, sobre todo los medios de comunicación y los altos cargos del Gobierno, que le utilizan como un excelente trampolín para lavar su imagen y ganar votos.

Entre tanto, Carrie Mathison es una agente de la CIA, obsesiva hasta límites insospechados, que ve en Brody una amenaza. Ella ha obtenido una valiosa confesión en Irak, que asegura que Abu Nazir, terrorista perteneciente a Al-Qaeda, planea un atentado contra los Estados Unidos junto a la ayuda de un prisionero de guerra reconvertido… Por ello, y convencida de que Brody maneja información privilegiada, ordena un seguimiento hacia él a través de la colocación de cámaras en su propia casa. Éste es el eje de la serie, brillantemente reflejado en el cartel que tienen unos metros más arriba. Pero Homeland es más. Mucho más.

El avance de los capítulos nos irá enseñando las dificultades que conlleva la reintegración por parte de Brody en la familia y el entorno (mujer, hijos, amigos…), de la misma manera que el estrés, el desgaste y la ausencia de soluciones irá consumiendo a Carrie. La relación entre ambos se irá estrechando y alejando, como si fuera un boomerang, y la serie nos regalará en cada capítulo un par de golpes geniales. Prometido. Además, la evolución de la trama en cada capítulo es soberbia y los giros de guión están justificados en su mayor parte. Los responsables de Homeland tienen la virtud de presentar a los personajes con bastantes matices, lo que hace que no sean del todo buenos o malos, de manera que consiguen transmitir un aroma de neutralidad bastante logrado.

Considero que Homeland tiene el enorme mérito de lidiar con un argumento enrevesado que el espectador descubre y digiere a cuentagotas. La sensación que te invade en cada visionado es una mezcla de sospecha e intriga tremendamente satisfactoria. No te fías de nadie. Dudas de todo y de todos pero, al mismo tiempo, avanzas en la trama sin perderte. Y sus responsables te colocan en una situación un tanto incómoda porque llegas a ‘comprender’ a los malvados. Al menos, no los odias.  

Para más inri, Homeland es atrevida con su planteamiento en un país habitualmente enamorado de su ejército. No diré que su discurso es antibelicista, pero puede llegar a sacudir ciertos dogmas del stablishment y evidencia el estado de confusión y hasta paranoia que ha recorrido ese país desde los atentados del 11-S. Homeland te hace pensar, te hace reflexionar acerca de muchas cosas…

Entre sus seguidores sólo existe la inquietud de cómo va a responder la serie en su segunda temporada, ya que cuando el chicle se estira en exceso suele perder su sabor. Y para los fans es muy importante, imprescindible diría yo, que Homeland no baje el nivel ni se alargue injustificadamente para que el mito sea eso. Un mito.

Personajes: El duelo con marchamo de western de los dos protagonistas, sin desmerecer a la excelente galería de secundarios, es uno de los activos de esta serie. Claire Danes, de la que mi socio Lorenzo ya les habló elogiosamente en su excelente hilo sobre ‘My So-Called Life’, acaricia el sobresaliente en su interpretación y consideramos que es la máxima favorita para llevarse este año el Emmy a la mejor actriz. Fascina por su vitalidad a la hora de atar cabos y sobrecoge cuando saborea las distintas caras de la derrota hasta alcanzar un clímax tremebundo en el último capítulo. Un último capítulo, ya les adelanto, digno del mejor cine.

Damian Lewis, por su parte, es el contrapunto perfecto para que la serie mantenga el equilibrio y no descarrile. En su caso también me quito el sombrero, porque si acudo al diccionario para ver lo que significa la palabra frialdad aparece su foto… Francamente, y ésta es una reflexión personal, tiene que ser una auténtica odisea retornar a la civilización tras ocho años de tortura y comportarse desde el minuto uno como una persona normal. Eso no debe ser fácil y Damian lo transmite a la perfección. No deja de ser curioso este papel en la carrera del bueno de Damian, porque no es el primero de estas características. Ya en ‘Life’, serie norteamericana de 2007, interpretaba a un personaje que había pasado los últimos doce años condenado a cadena perpetua por un triple homicidio que no cometió…  

Homeland es tan redonda que trabaja profundamente todos los aspectos y resulta especialmente meritorio cómo ahonda en la psicología de cada uno de los personajes. Su nutrido grupo de secundarios, además, responde con una actuación muy convincente. De entre todos, y ésta es una opinión personal, destacaría a Mandy Patinkin, que en la serie interpreta a Saul Berenson, antiguo jefe de Carrie. En realidad, su mentor. Saul borda su caracterización de profesional competente, al mismo tiempo que invierte mucho esfuerzo en tapar las grietas de su vida personal. Los impulsos de Carrie, además, le acarrearán disgustos y sudores que deberá solventar con su experiencia.  

La familia del sargento de Brody también cumple con su cometido, sobre todo cuando sus integrantes dejan bien claro que el retorno de la figura paterna provoca unos chispazos de impresión. Merece especial atención su mujer Jessica (Morena Baccarin), que atravesará sus dificultades para volver a ordenar el amor en su vida. Morgan Saylor interpreta con convicción a la hija Dana, una adolescente en ocasiones sorprendentemente madura, y Jackson Pace es el menor de la saga, Chris, quizá el personaje menos interesante de la serie. 

Aquí les dejamos el tráiler de la primera temporada, para que se vayan viciando a esta verdadera joya:

 

Y a modo de aperitivo echen un vistazo si quieren a lo que se avecina, la segunda temporada:

 

Anécdotas: Ya saben que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, es un adicto a las series. Y, por los detalles que trascienden, podemos afirmar que el hombre tiene buen gusto. Sabida es su predilección por ‘The Wire’ y el personaje de Omar Little, ese mito, aunque su serie favorita de ahora es precisamente Homeland. Aprovechando una visita oficial que el primer ministro británico, David Cameron, efectuó a los USA el pasado mes de marzo, Obama quiso invitar a la cena de gala a varias estrellas de cine y de la televisión (George Clooney, Idris Elba, Elizabeth McGovern…), entre las que se encontraba precisamente nuestro amigo Damian Lewis. Aquí debajo le tienen junto a su esposa, la también actriz Helen McCrory, acudiendo a la cita en la Casa Blanca.

 

Homeland forma parte del menú de cualquier gourmet del siglo XXI. Una serie con estrellas Michelin, una serie que no le dejará con hambre. Una serie que, si mantiene el nivel en la segunda temporada, tiene una plaza asegurada en el olimpo de los dioses. Convencido. 

Si quieren aportar sus opiniones o impresiones a este reportaje, sepan que pueden hacerlo aquí o en nuestras cuentas de Twitter (@lmejino) y (@jefoce). Un placer.

Lorenzo Mejino/Mikel Madinabeitia

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Sobre el autor

Series para gourmets nace con la pretensión de ayudar a personalizar su menú televisivo con el panorama mundial de series. Cada lunes hablaremos de series remotas ni estadounidenses ni británicas, no estrenadas en nuestro país. Cada miércoles de series actuales estrenadas aquí y los viernes recordamos series del pasado de la televisión

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