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Carlos Elorza

Sesión Continua

Los cines de huelga

O más bien habría que hablar de cierre patronal. No es que los trabajadores hayan ido a la huelga pidiendo aumentos salariales, mejores horarios o lo que se tercie, sino que la Federación de Cines de España ha pedido a sus socios (el 90% de los cines de España), es decir a los propietarios de los cines, que no abran sus puertas el lunes 18 de junio para protestar contra la nueva Ley de Cine.


Los exhibidores se quejan de que con esta nueva ley se les impide poder programar libremente las películas que quieren proyectar, es decir, aquéllas que van a llevar más público a sus salas. Por dos razones:


– por un lado la famosa cuota de pantalla por la cual una de cada cuatro sesiones debe ser de una película europea. En realidad ésta es una herencia franquista, ya que esta “cuota” se instauró en 1941, aunque entonces se refería únicamente al cine español. El cambio de cine español a europeo se debe a una imposición de la Unión Europea. En lo único que la nueva Ley de Cine ha sido un poco generosa es en que si la película europea se proyecta en V.O. se tendrá derecho a programar 6 no europeas dobladas. Pero si después de 66 años seguimos como estamos, ¿no habría que plantearse si esta medida es efectiva en apoyar al cine español?


– por otro lado no se hace nada para evitar la “política de lotes” que aplican las grandes distribuidoras norteamericanas (Warner, Fox, UIP, Sony, Disney), por la cual el cine que quiera proyectar una peli super esperada también deberá proyectar otras que a priori no interesan a nadie. Por poner un ejemplo, imaginemos que a todos los cines que este viernes vayan  a estrenar “Shrek tercero”, su distribuidora les haya obligado a programar un par de pelis de poco interés, que se estrenan sin publicidad y que no irá a ver casi nadie.


 


Entiendo perfectamente la queja de los exhibidores. Los propietarios de las salas deben hacer la inversión, contratar y pagar al personal, soportar los gastos, competir con sesiones gratuitas organizadas por ayuntamientos… y hay otros (el gobierno o las “majors”) que les obligan a programar en parte, lo que las leyes del mercado no demandan. Las cifras lo dejan claro: del 1 de enero al 3 de junio de 2007 casi el 53% de las películas exhibidas en España eran de la Unión Europea, pero sólo habían recaudado el 22% del total (españolas un 22% que recaudaron el 8%). Y es que el repaso de las tres películas españolas más taquilleras del 2007 es deprimente: “Pérez, el ratoncito de tus sueños”, “El ekipo Ja” y “La Caja Kovak”. Entre las europeas, “Las vacaciones de Mr. Bean”, “La vida de los otros” y “Hannibal. El Origen del Mal”. Y entre las norteamericanas “Spiderman 3”, “300” y “Noche en el museo”.


Otra de las quejas de los cines se centra en las denominadas “ventanas” de exhibición cinematográfica. Es decir el tiempo que debe pasar desde que una película se estrena en los cines hasta que se edita en DVD o se programa en televisión. Hablan de que debería existir un período mínimo de 6 meses. Este tema parece más complicado. En tiempos en los que hay películas que llegan al top manta o a internet a la vez o incluso antes de que se estrenen en las salas cinematográficas, parece un intento de poner puertas al campo.



No tengo ni idea de si a los españoles les interesa el cine español o no. Supongo que se podrán encontrar encuestas en un sentido y en el otro. El año pasado a los españoles les interesaron “Alatriste”, “Volver”, “El laberinto del fauno”… y hubo otras de las que pasaron. Por supuesto que hay una parte de público que se niega a ver películas españolas, como hay otra que nunca iría a ver superproducciones norteamericanas, o películas románticas, o violentas, o de Sandra Bullock, o de Jim Carrey, o francesas, o chinas… (bueno éstos pueden ser una mayoría, pero ellos se las pierden)  


En un tiempo en el que se suponía que las series españolas en televisión no interesaban, llegó “Farmacia de Guardia” y por detrás el boom de médicos de familia, serranos, compañeros, aquí no hay quien vivas, al salir de clases, 7 vidas, comisarios, hospitales, beas… aunque en la inmensa mayoría de los casos sean mucho peores que sus equivalentes norteamericanas.


Independientemente de si a los espectadores españoles les interesa o no el cine español, lo que me llama la atención es la concentración de ayudas para la producción cinematográfica, bien vía subvenciones directas, créditos blandos u obligando a las televisiones a invertir en ella, cuando hay películas españolas que ni siquiera llegan a estrenarse comercialmente, mientras la promoción y la exhibición de cine español comparativamente no reciben casi nada. Porque, ¿de verdad ayudaron al cine español aquellos desafortunados anuncios de Resines animándonos a ver “películas de cine español”?


junio 2007
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