Curiosa la relación entre el cine y los teléfonos móviles. Por un lado, se organizan festivales de cortos rodados con la cámara o masterclases de rodaje con móvil impartidas por un nominado al Oscar y por otro, junto con los cuchicheos y los comedores ruidosos, son uno de los mayores incordios que uno se encuentra en las salas.

Los últimos días podemos en los cines donostiarras un anuncio de Vodafone en el que se nos pide que conectemos el contestador automático. Un detalle que se preocupe tan poco por el disfrute de los espectadores y tanto por su cuenta de resultados. Porque que yo sepa, al conectar el contestador uno no evita que el teléfono suene cuando recibe una llamada. No hagamos caso a Vodafone, por favor. Mejor apagamos o silenciamos el móvil y así no molestamos a nuestros compañeros de sesión. No es tan beneficioso para las compañías de telefonía, pero molesta menos. Si además queremos activar el contestador o no, pues vale.