Continuamos con las vacaciones y pensando en disfrutar de ellas lo más posible. Como ya comencé a contar la semana pasada, para sentirnos satisfechos al final de estas, lo mejor que podemos hacer es planificarlas lo más posible, para evitar disgustos, por supuesto siempre dejando un margen a la flexibilidad. Cuanto más atados tengamos los cabos de lo que queremos hacer, más fácil es que todo salga según lo previsto, bien sea un viaje, las actividades de verano de los niños, los cursos que nos gustaría hacer, planes con los amigos o cualquier propósito que nos hayamos planteado. Eso sí, dejando abierto que las cosas pueden cambiar, y que más nos vale amoldarnos a estos cambios con flexibilidad que dejar de disfrutar de las vacaciones. Si ocurriera cualquier variación es importante amoldarnos a ella y pensar en las posibles soluciones para elegir la que más nos convenga en ese momento. No dejemos que el verano se nos arruine por un cambio de vuelo, no poder hacer la actividad que deseábamos o no poder estar con la personas que habíamos pensado.

Por otra parte, también es importante, que transmitamos a los de nuestro alrededor cuales son nuestros deseos, ya que es más fácil ponernos de acuerdo si decimos exactamente lo que queremos. Tendemos a pensar que los demás son adivinos y saben en cada momento lo que queremos, y esto no suele ser así, con suerte nos encontramos con alguien cerca que puede intuir que nos gustaría, por lo tanto, si lo que queremos es calma, o diversión, o compañía, o nuevas experiencias, digámoslo, será más sencillo lograrlo y no nos sentiremos frustrados ni incomprendidos.nos arruine por un cambio de vuelo, no poder hacer la actividad que deseábamos o no poder estar con la personas que habíamos pensado.

Por supuesto, en este aspecto a tener en cuenta, son muy importantes los niños, a los que hay que ir comunicándoles en cada momento lo que se espera de ellos. Tanto al comienzo de las vacaciones, explicarles cuáles son sus cometidos para el verano, hora de levantarse, de acostarse, tareas en las que tengan que ayudar en casa…como si salimos fuera con ellos, cómo deben comportarse en los lugares que vayamos a visitar, en los restaurantes, y en cada actividad que realicemos. Puede parecer cansado, pero desde luego es mucho mejor educar y prevenir, que tener que estar enfadándose a casa momento porque no se portan bien. Recordemos que los niños necesitan saber cuáles son los límites para actuar y que estos límites a su vez les proporcionan seguridad. Cuanto mejor nos portemos todos, más disfrutaremos.