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Ainhoa Cilveti

El trampolín de tu vida

Cambiar de imagen

Muchas veces sentimos la necesidad de cambiar de imagen para sentirnos más seguros y estar mejor. Creemos que la imagen que proyectamos no es la que nos gustaría transmitir, y esto nos hace sentirnos inseguros en nuestra propia piel cuando tenemos que relacionarnos con otras personas. Pero, ¿estamos en lo cierto sobre la imagen que proyectamos o es una creencia nuestra que nos impide ver lo que los otros aprecian de nosotros mismos?

Por supuesto, creo que a veces un cambio de peinado, una mejora de nuestro aspecto o simplemente ponernos una prenda con la que nos sentimos bien nos ayuda a vernos mejor, y a que los otros también lo hagan, lo que en la mayoría de los casos, hace que repercuta en nuestro bienestar, pero esto no es lo más importante, es decir, no siempre somos conscientes del verdadero mensaje que transmitimos, y esto nos confunde. Muchas veces he escuchado por parte de personas allegadas que creían que debían cambiar porque se sentían pequeñas o débiles cuando lo que a mi me llegaba era todo lo contrario. No sólo a mi, sino lo que los demás considerábamos sobre esa persona en cuestión. Cuando esto ocurre, te llevas una sorpresa, porque es entonces cuando te das cuenta que de una forma o de otra, muchos de nosotros vivimos con inseguridades que los otros no ven, porque también contamos con la habilidad de disimularlas.

Por supuesto, lo más importante es sentirse bien con uno mismo, pero también tenemos que ser conscientes, que a pesar de nuestras inseguridades y de que está bien trabajar en ellas, no debemos dejarnos llevar por lo que consideramos que los otros ven en nosotros, bien porque estamos equivocados con esa idea, y sobre todo, porque lo más importante es que nos gustemos a nosotros mismos. Por lo tanto, cuando decidamos realizar un cambio de imagen, que este sea hacia aquello que nos gusta, con lo que nos sintamos a gusto, sin pensar en la opinión de nuestro entorno. Tendemos a ser mucho más críticos con nosotros que con los demás, y esto se extrapola a la idea que tienen de nosotros. Por lo tanto, no nos dejemos llevar por lo que nosotros creemos que los otros piensan de nosotros, y disfrutemos de los cambios que queremos hacer en nuestra persona. Independientemente del mensaje que transmitamos, sintámonos bien con nuestra imagen.

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