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Ainhoa Cilveti

El trampolín de tu vida

Niños que no saben comportarse

Se termina el verano y se comienza a hacer balance sobre diferentes cuestiones, y me ha llamado la atención una de ellas, y que han recogido diferentes medios de comunicación: La proliferación de sitios de ocio “sin niños”, incluso hay una aerolínea que se plantes separar a los adultos de los niños. Tengo que reconocer que esta última noticia me impresionó, aunque si soy sincera, y por desgracia, no me extraña.photo-1521055793734-4046245eeb82

Es verdad que las parejas cada vez se lo piensan más a la hora de tomar la decisión de tener un niño, y que estos son considerados como los “reyes de la casa”, ofreciéndoles todos lo mejor que les puedan dar, económicamente hablando, y todos los caprichos, pero esto no significa que no haya que educar  a los hijos y ponerles límites cuando es necesario, sino todo lo contrario, lo mejor que se le puede ofrecer a un hijo y que además va a poder disfrutar y utilizar siempre es la buena educación.

No quiero decir a los demás lo que tienen que hacer en sus casas, pero creo que todos los que tenemos hijos deberíamos reflexionar sobre el hecho de que haya personas dispuestas a “exiliarse” del contacto con los niños. Creo que deberíamos darnos cuenta que si queremos salir al mundo con ellos, debemos enseñarles a comportarse, y que, aunque todos tengamos derecho a divertirnos, y que los niños son niños, no significa que deban acampar a sus anchas porque en sus casas estén acostumbrados a hacerlo. Por este motivo, no me extraña que cada vez haya más hoteles sólo para adultos, en donde no dejan que en sus instalaciones haya niños, o incluso que se planteen separar a photo-1515351029128-8a8d584ab6b6niños y adultos en un avión. Hace poco pude experimentar una anécdota en este sentido: Viajaba cerca de dos hermanos a los que los padres, para mantenerlos callados y quietos les habían dado una tablet en la que veían una película. Los niños estaban callados, pero el sonido de una tablet durante todo un vuelo es cualquier cosa menos relajante, además de que en la película que veían se gritaba mucho, por lo que el sonido era insufrible. Me hubiera gustado explicarles a los padres en ese momento el por qué en los vuelos no se ponen los vídeos con sonido directo a cabina, y sí se utilizan los auriculares, algo que también me ocurrió hace poco en un restaurante mientras comíamos y sonaba la tablet de otro niño. Habrá que explicarles a los padres que mantener a los hijos pegados a una pantalla que escuchan todos los de alrededor no es sinónimo de enseñar bien a los hijos, y que lo que deben aprender es a estar “tranquilos” sin realizar acciones que molesten a los demás.

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