por Amaia López Castelo

México ha alcanzado grandes avances para su infancia en las últimas décadas: en 1960, de cada 1,000 niños nacidos vivos en México, 134 morían antes de cumplir los 5 años de edad. La mortalidad en este grupo de edad bajó a 25 por cada 1,000 niños en 2003. También con respecto a la cobertura educativa el progreso ha sido notable: mientras que en 1950 ésta era menor al 40%, en el 2003 superó el 90%.

Este desarrollo positivo se ha sustentado en los compromisos que México ha asumido en el ámbito internacional y nacional con la ratificación de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) en 1990, sólo diez meses después de su entrada en vigor, y últimamente con la reforma al Artículo 18 constitucional que establece un sistema de justicia especializado para adolescentes. Todo esto demuestra que el país ha llegado al acuerdo de aceptar y promover los derechos de la niñez, lo que significa un cambio cultural fundamental.

Pero México todavía enfrenta grandes retos, especialmente si se toma en cuenta que el país se encuentra entre las 12 economías más grandes del mundo. Una de las causas principales son los altos niveles de pobreza y desigualdad. Según cálculos de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), el 58% de los niños y adolescentes viven en familias pobres. El 10% más rico de la población concentra el 35.6% de los ingresos, mientras que el 10% más pobre sólo dispone del 1.6% de los ingresos.

También persiste una desigualdad preocupante entre las entidades federativas, entre áreas urbanas y rurales, así como entre la población indígena y la no indígena. El Índice sobre los Derechos de la Niñez y la Adolescencia Mexicana (IDN), desarrollado por UNICEF México y su Consejo Consultivo revela estas grandes brechas. Hasta ahora, se han publicado tres ediciones del Índice, uno sobre el cumplimiento de los derechos básicos del grupo de edad de 0 a 5 años, otro con respecto al grupo de 6 a 11 años y el último para los adolescentes de 12 a 17 años. Las tres publicaciones demuestran que las oportunidades de los niños, niñas y adolescentes del norte de país es hasta tres veces mayor a los del sur de crecer sano y ejercer sus derechos:

– En el IDN I (0 a 5 años), Nuevo León alcanza un nivel de 8.10 en 2003, mientras que Guerrero llega a 2.90 en el mismo año.
– El IDN II muestra resultados similares con 8.20 en Nuevo León y 4.47 en Chiapas.
– Coahuila tenía los resultados más altos en el IDN III con 7.29 en 2004, mientras que en Chiapas es de 3.49.

Estos resultados indican que, a pesar del progreso general, aún hay mucho por hacer para lograr el cumplimiento pleno de los derechos de la niñez en México para todos los niños y niñas, en todas las regiones del país.