Ahora que Messi, mejor jugador de fútbol del mundo y hombre anuncio de natillas, parece que ha estafado al fisco, todo el mundo se echa las manos a la cabeza. La prensa madridista ha comenzado una campaña de lanzamiento sistemático de basura al astro argentino, puesto que contra sus virtudes con el balón poco o nada pueden hacer. Por otro lado, la prensa barcelonista resalta sus valores humanitarios. Yo siempre lo recordaré por su siguiente frase: “No entiendo porqué España tiene que jugar la Copa América, no tienen nada que ver”. Zapatero, a tus zapatos. Viene al dedillo “La canción del pollino”, compuesta por Gabinete Caligari: “somos los que no sabe no contesta, con excepción del 1-X-2; somos los que no tiene biblioteca y somos más de un millón”.
No me pilla de sorpresa el fraude económico de Messi, el fútbol nunca fue trigo limpio. Mientras el país se ahoga con la soga mal intencionada de la Comunidad europeoalemana, los clubes de primera y segunda división deben una barbaridad de dinero a Hacienda. ¡¡Qué bien nos vendrían esos millones en esta época de vacas flacas!! Estamos hablando exactamente de 752 millones de euros que defraudaban en 2012. Ahora tenemos que ser positivos, parece que “solo” deben 690.
El del crack del Barcelona no es el primer caso de este estilo. Hace menos de un año, saltó a la prensa que los jugadores del Athletic de Bilbao pagaban la mitad del IRPF de lo que en realidad les correspondía. La Diputación de Vizcaya les aplicaba esta ventajosa interpretación de la normativa del Impuesto sobre la Renta. ¿Qué esperamos de los futbolistas si los primeros permisivos son las instituciones públicas?
Es divertido ver a algunos periodistas deportivos opinar ahora sobre economía en las tertulias nocturnas. Es lo que toca, ahora todos están muy puestos en todo lo que se refiere al fraude fiscal, etcétera. Pero esto pasará. En un par de semanas, las páginas que han llenado hablando de los trapicheos de Messi no servirán ni para envolver pescado. Pero el fútbol seguirá sin ser un negocio del que fiarse, se seguirán pagando enormes cantidades de dinero por fichar jugadores y continuarán acudiendo a las arcas públicas para financiar iniciativas privadas. Mientras tanto, la deuda que tienen con Hacienda no bajará, pero seguiremos teniendo fútbol. Como decía la canción de La Polla Records, “Gol en el campo, paz en la tierra”.