A nivel cultural es un esperpento que futbolistas como Sergio Ramos o Piqué tengan un libro con sus historias en el mercado; y que estén teniendo buenas ventas dice muy poca cosa buena del conjunto de la población. Pero bueno, pese a que no tenga perdón que productos como esos compartan local con otros de Gabriel García Márquez o Julio Cortázar, puedo entender que al menos estos individuos tienen un don para practicar con maestría el fútbol, un deporte al fin y al cabo.

Lo que sí que es más preocupante es que personas que directamete no tienen arte para nada estén comercializando artículos con espíritu cultural. Está mal el intrusismo de un buen deportista en el mercado literario, pero puede que sea aún más lamentable que un ser que no ha dado ni un palo al agua en toda su vida y que no ha demostrado nada admirable esté ganando duros en la música.

Desde hace años tenemos a Kiko Rivera dando tumbos por el país como DJ. No hace nada de calidad, pero tampoco nos vamos a poner exquisitos: la mayoría de pinchadiscos indie nacionales tienen muy buena fama pero no han compuesto una canción en su vida y viven de las de los demás. Hace unos meses el chaval se lanzó a cantar y me da pena que no hubiera nadie que le dijera que no era lo suyo. Este chico lo único que ha hecho en su vida es ser hijo de su madre y actuar en Torrente 4. Mira que teniendo a la Pantoja podía haber aspirado a un buen profesor de música y a tocar un instrumento. Qué rabia que esta gente con oportunidades de cuna las deseche y se dedique a los platós.

Por otro lado, hace bien poco Rafa Mora, personaje de la farándula del corazón, ha editado su canción. Si cabe, esta es más vergonzosa que la de Kiko Rivera. Hasta ahora reconozco que sentía algún tipo de ternura extraña y lejana por individuos como estos dos. Me parecía que asumían públicamente que no tenían ni oficio ni beneficio y no se metían en jardines que no les correspondían. Ahora ya no. Hagan sus cosas como hasta el momento: sus bolos, sus programas, sus mierdas… y dejen en paz la música. Estos hacen que los concursantes de Hotel Glam parezcan ilustrados. Siguiendo sus carreras, estamos haciendo una obra social. Cañete como comisario europeo y estos dos haciendo “canciones”. No sé qué será lo siguiente.