Hablan (hablamos) con cierta ligereza de una película cuando decimos que «es entretenida». Es otra forma de decir que muy buena igual no es, pero que nos hizo pasar un buen rato. Socialmente, da la sensación de que nos sentimos, creo, más realizados o mejores personas cuando vemos una película más sesuda. Pues bien; yo, cuando estoy muy cansado, necesito una de esas películas «entretenidas» para despejarme y aguantar hasta el final. Pido perdón y abro el paraguas.
Tras un largo viaje y después de hacer un repaso por las diferentes plataformas a mi alcance (y al de mi economía) me puse The Dirt, película sobre la historia de Mötley Crüe. Ya la tenía vista, pero necesitaba un poco de música acelerada y muchos estímulos. La peli cuenta (endulzando algunas penurias, me temo) cómo les fue desde que se formaron como banda hasta que, tras dar algunos tumbos (no quiero hacer spoiler), volvieron a los escenarios. A ratos son graciosos, a ratos son ridículos, a ratos son eléctricos, a ratos son una apisonadora y, la mayoría del tiempo, no los querrías ni como pareja, ni como hermanos, ni como hijos y, si me apuras, tampoco como amigos.
Dicho esto, de aquellos barros, estos lodos. Me voy a permitir recomendar cinco temas de los angelinos:
Kickstart My Heart:
Live Wire:
Home Sweet Home:
Take Me To The Top:
Shout At The Devil: