En un mundo tan ultraconectado como el que habitamos ahora, no deja de ser curioso que un grupo de rock bien conocido en Europa, América, Asia y Oceanía saque un vinilo edición limitada con un single y haya conseguido que no trascienda más allá de Australia, su lugar de origen. Lo que no sorprende tanto es que se haya agotado en un abrir y cerrar de ojos cuando estamos hablando de la primera referencia tras quince años de silencio discográfico. Se trata de Hurry hurry, la primera composición que Jet ofrece a sus seguidores tras publicar el disco Shaka Rock en 2009.
Desde 2023, el cuarteto australiano está celebrando los 20 años de Get Born (2003), la referencia con la que dijeron hola al mundo y con la que lo reventaron. Ese disco se recuerda por Are You Gonna be my Girl?, que es un clásico con relevancia más allá del rock, pero también contenía otros trallazos como Last Chance, Rollover DJ, y Cold Hard Bitch, entre otras. En 2006, con tres años más de madurez y experiencia, publicaron el disco Shine On. Este seguía siendo un estallido de rock, pero tenían la explosión un poco más controlada. Put Your Money Where Your Mouth Is es, probablemente, la mejor canción del álbum, pero contiene otras muy destacadas como Stand Up y Holiday por citar un par.
Pasó otro trienio y llegó Shaka Rock (2009), que se parece más a Get Born que a Shine On. Entre los imprescindibles de aquel disco están K.I.A (Killer In Action), She’s a Genius y Seventeen. En lo que se refiere al directo, solo he podido verlos una vez, en Madrid, y no me defraudaron. Suenan a lo que tiene que sonar una banda de rock, sin artificios y con mucha actitud. Para muestra:
En 2013 decidieron parar hasta 2016, tiempo que su cantante y guitarrista, Nic Cester, probablemente utilizó para pulir los temas de Sugar Rush (2017), su único LP de estudio en solitario. No suena especialmente a Jet, salvo momentos concretos, algo que de por sí ya es un logro. Tampoco cambiará la historia de la música, pero es un disco interesante. A ratos es pop, a ratos es rock, juega con la psicodelia y se atreve con cortes electrónicos. Comienza con la canción que da nombre al disco, que es una declaración de intenciones por el ritmo, los coros y la introducción de instrumentos de vientos o piano.
Sigue Eyes On The Horizon, que tiene madera de single y que es más pop y sentida, y con Psichebello se introduce en una psicodelia que bebe de referencias setenteras. De Strange Dreams destacan el estribillo y los coros; Who You Think You Are es bailable y se mueve entre el pop, el indie y la electrónica; y en canciones como Walk On el disco encuentra algo de calma.
Completan el redondo otras piezas como Hard Times, On Top of the World, God Knows, Not Fooling Anyone, Little Things, Neon Light,
El segundo gran parón que hizo Jet fue de 2020 a bien entrado 2022, momento en el que Nic Cester volvió a salir en solitario, pero esta vez con un single: Did I Just Fall in Love.
Si hubiera formado parte de Sugar Rush, estaríamos ante una canción que podría haberse convertido en la más potente del álbum. Es pegadiza, es movida, la guitarra solista tiene un peso muy importante y consigue, una vez más, conjugar de forma acertada el pop, la electrónica, el indie y el rock.
Como comentaba, Jet se encuentran ahora en plena gira del 20º aniversario de Get Born y todo hace pensar que en 2025 tendremos nuevo disco de los australianos, tres lustros después del último. De momento no han anunciado ninguna fecha en directo para la península ibérica y lo que han anunciado más allá de Australia y Estados Unidos solo contempla Reino Unido, Irlanda, Italia y poco más. Desde luego, con un nuevo redondo, cotiza al alza que puedan acercarse, aunque sea, en un festival.
Mientras tanto, como si del intermedio de un partido de fútbol o de una obra de teatro se tratase, Nic Cester funciona de maravilla mientras Jet duerme, discográficamente hablando. Su apuesta en solitario es valiente y merece ser reconocida como tal. ¿Un deseo? Tener un muy buen redondo de Jet en 2025 (que no sea el último de la banda) y que, en los descansos, siga Nic Cester experimentando a ver qué sale.