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Ivan Castillo Otero

12 pulgadas

Los tributos

A muchas personas les puedes hablar de los tributos durante el mes de noviembre y pensarán que te refieres a la película Los juegos del hambre, pero resulta que estamos en diciembre y quiero comentar otro asunto. Trasteaba hace algunas semanas con el móvil por internet en un rato libre y los ojos se me abrieron por completo al ver un cartel negro con letras amarillas grandes y en mayúscula que anunciaba un concierto de Extremoduro, Platero y tú y Marea. A los primeros y terceros ya los tengo vistos, pero la vuelta de los de Fito y compañía era una de las noticias musicales del año.

Apreté con los dedos contra la pantalla del teléfono para acercar la imagen y vi que en blanco y en más pequeño ponía “tributo a”. El evento en cuestión se llamaba “Kalimotxo rock” y me había engañado. Igual soy yo muy tonto y tendría que haberme dado cuenta, pero, humildemente, creo que había lugar para la confusión. No quiero decir que fuera la intención de la organización, porque muy pocas luces habría que tener para comprar una entrada pensando que vas a ver a Platero y tú en 2014 sin antes hacer un par de búsquedas por la web. Pero sí creo que ahí estaban jugando en un terreno algo ambiguo.

Las bandas tributo están bien, y más a ciertas horas de la noche o en fiestas de pueblos. Reconozco que soy más de conocer a nuevos grupos, pero unos clásicos de vez en cuando no hacen daño a nadie. Es más, The Bon Scott Band, por ejemplo, me han parecido una digna imitación de AC/DC cada vez que los he visto. Pese a todo, no me extraña que desde Extremoduro se pusieran en contacto con este festival y les esgrimieran “el malestar de la banda por el uso reiterado (…) de una publicidad que (…) consideraban engañosa para el público por la asociación de su nombre e imagen a dicho festival sin la debida autorización”. Los de Robe les pidieron que suspendieran el evento porque la propaganda daba lugar al error. Y yo lo entiendo. Sí, los oriundos de Plasencia tampoco son la madre Teresa, pero al César lo que es del César. A veces al personal le das la mano y te cogen todo el brazo.

Música, entre otras cosas

Sobre el autor

Donostiarra de nacimiento y medio coruñés por parte materna. Periodista por vocación. Mi abuela Juana vendía la prensa en un kiosco y la llamaban «la periodista»; así que soy el segundo de la familia que trabaja en el mundo de la comunicación. San Sebastián, Bilbao, Madrid y, ahora, A Coruña. Siempre estoy leyendo algo. Me gusta el rock y tuve un grupillo. Me interesa la historia. Sigo el calendario ciclista de pe a pa, y del fútbol soy de la Real Sociedad. También hago fotos.


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