Lo del avión de los Iron Maiden es, cuando menos, curioso. Resulta que la banda heavy viaja desde este año en un aeroplano propio que pilota el mismísimo Bruce Dickinson, cantante. Él no era un novato en estas funciones, pero para llevar semejante nave (en la que cargan las doce toneladas de material que transportan de ciudad a ciudad) ha tenido que sacarse una licencia especial. El aparato se llama Ed Force One, que es un juego de palabras que combina el nombre de su mascota (Ed) y el del avión del presidente de los Estados Unidos (Air Force One).
En total, tiene veinte asientos de business y 54 de turista y lo utilizan, además de para llevar el material, para el transporte de la banda, los técnicos o los familiares. Los británicos puntualizaron cuando allá por febrero presentaban el avión que cuando acabasen de girar por Oceanía, Asia, América o África, se plantearían volver a los tradicionales camiones y furgonetas por las distancias más cortas existentes dentro del continente europeo. Dickinson, además de ser cantante, productor musical y piloto, conduce una empresa de mantenimiento llamada Cardiff Aviación.
Esta aventura no ha estado exenta de sustos. El Ed Force One sufrió en el mes de marzo un accidente en la pista de aterrizaje del Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez, de Santiago de Chile. La biela del vehículo que estaba remolcando el avión se cortó y lo dejó sin dirección, con tan mala suerte de que estaba en movimiento y colisionó con un vehículo que se encontraba en la pista.
Lo cierto es que siempre ha existido una unión entre el mundo de la música y los aviones. Eso sí, tal vez no tan estrecha como la de los Maiden y el Ed Force One. Por ejemplo, la banda estadounidense Lynyrd Skynyrd, los del “Sweet Home Alabama”, sufrieron un terrible (y mortal) accidente aéreo en enero de 1977. Una anécdota más alegre es la que protagonizó Joaquín Rodríguez, exbajista del mítico grupo Los Nikis, madridista confeso… y piloto de avión. En el año 2014, le tocó llevar al FC Barcelona desde Ámsterdam a la ciudad condal tras un partido de Champions League, pero los dejó tirados en el Schipol, aeródromo de la capital de Holanda, por una avería. Terminó haciendo amistad con los futbolistas culés.
El rock y los aviones; qué cosa.