Estamos a las puertas de unas elecciones generales en las que parece que las ideas retrógradas cotizan al alza y en una época en la que se censuran contenidos que hace 35 años se enmarcaban dentro de la libertad de expresión. Creo que no es una opinión. La música no es ajena a este panorama.

Igor Paskual, guitarrista que acompaña a Loquillo y que encabezó a Babylon Chàt, publicó en en las redes su nuevo sencillo. Se llama «Dios es colombiano» y Facebook, de primeras, se lo censuró. Huelga decir que no incumplía ninguna ley, pero qué podemos esperar de esta plataforma que censura imágenes de pezones en su hermana Instagram. La canción es de actitud más punk que lo último que había publicado en solitario y el vídeo es abiertamente provocador.

Por otro lado, no sé si se acuerdan de los míticos Piperrak, banda punk de la Ribera navarra. Mi generación los tenía bastante idolatrados y muchos nos llevamos una desilusión cuando regresaron a los escenarios. Era un grupo infinitamente peor a lo que habíamos escuchado en sus discos. No parecía que ellos tocaran esas canciones en las grabaciones de estudio. Los vi en fiestas de un barrio de Eibar del cual no recuerdo su nombre y el concierto se me hizo largo y pesado. Actuaban con Soziedad Alkoholika, que ofrecieron un directo en modo oficinista: sin emoción y sin riesgo. Menuda noche.

Resulta que uno de los miembros de Piperrak, Josetxu, sigue con su carrera en solitario. Su discográfica se ha comprometido a retirar una de sus canciones tras la demanda interpuesta por una asociación de guardias civiles, que la consideraban injuriosa. Me acuerdo del primer disco de Piperrak, en el que tenían una canción sobre la benemérita mucho más dura. Parece que en la primera mitad de los noventa se podían decir cosas que hoy en día no. En fin, digamos lo que queramos (mientras se pueda).