Ahora que me voy (o ya me he ido) de Madrid, estoy haciendo memoria musical para rescatar recuerdos de todos estos años. Casi una década da para bastante. No son todos, pero son los que me van viniendo.
A los pocos meses de llegar, aún con todo el subidón del recién llegado, entrevisté a Rubén Pozo. Era un poco como la cuadratura del círculo, porque a los Pereza los escuché hasta aburrirme y él cantaba Madrid, una de las canciones sobre la ciudad más canturrearas por el personal. Fue cerca del Contraclub y fue muy agradable. Luego nos pasamos un rato a ver el directo que tenía tras la entrevista. El sitio estaba a reventar.
En mi primer invierno en Madrid, The Hives tocaron en La Riviera. Es uno de mis grupos preferidos y mi amigo Txikitin se vino desde Urduliz para ir conmigo. Además, era su cumpleaños. Los he visto más veces, pero guardo aquel día con mucho cariño en la memoria. El concierto fue brutal.
En La Riviera también fui a ver a Sidonie a los pocos días. Era esa época en la que decía sí a todos los planes. Fui con Carla y Laura y creo que nos sacamos una foto en la que salíamos bien guapos. El concierto terminó más tarde de lo que permitían las ordenanzas municipales y ellos se quedaron cantando a capela.
Hasta Rivas nos fuimos en tren (o metro ligero, no recuerdo bien) para ver a Extremduro. El concierto iba a ser en Butarque cuando el Leganés aún no había saboreado las mieles de primera. Carla aún bromea de vez en cuando con lo malo que estaba el bocadillo de la cena. El concierto, redondo.
Al Mad Cool lo disfruté a en su nacimiento y lo padecí cuando se mudó a Ifema. Recuerdo con emoción el directo de Neil Young y el de The Who. Kasabian, Foo Fighters y Green Day estuvieron sembrados y al fin pude ver a Jet, una espinita que tenia clavada. Fui a las tres primeras ediciones con Carla, Laura, Ángel, Txikitin, Oihane y Martita.
El festival chiquito, el Dcode, está para ir. Bien organizado y agradable de estar. Un año, me acuerdo que Amaral se comió a todos los Lori Lesbian y Love of Meyers. Una de las mejores voces del pop español dando una lección. Fue genial ver de nuevo a Suede también.
Un 15 de agosto fuimos a las Vistillas para ver a Mikel Erentxun. Era uno de los conciertos gratuitos por las fiestas del verano madrileño. El concierto estuvo bien y el recuerdo de aquel día es tan bueno que mi mente ha decido obviar que nos moríamos de calor.
Al Circo Price llevé por decreto a Carla para que me acompañara a ver a Goran Bregović. Le gustó tanto que, de madrugada, compramos entradas y billetes de bus para verlo al día siguiente en Burgos. Uno de mis artistas fetiche. Años después, tocó en La Riviera y también fuimos. Era finales de febrero de 2020 y la gente ya hablaba vagamente del virus de China. Lo demás es historia.
En fin, ahora iré a Madrid de turista musical cuando sea menester. Creo que ya he tenido suficiente como residente. Sin rencores: agur, Madrid!