Con la llegada del verano, por norma general, el cuerpo me pide cosas más ligeras, más sencillas de digerir y procesar, y que, de paso, me exijan pensar con un poco menos intensidad. Creo que es humano y creo, también, que es algo que comparten más personas. En este rincón, durante el periodo estival, suelo aprovechar para pinchar algunas canciones que me apetecen por diferentes motivos.
Este verano no está siendo sencillo. A las cuestiones globales que arrastramos desde hace tiempo, como la inflación y las consecuencias derivadas de la guerra en Ucrania, se han unido otras que han llegado con el calor, como los terribles incendios y la perspectiva (o confirmación) de que los veranos, a partir de ahora, serán más esto y menos lo que eran antes. Tengo la sensación de que, últimamente, todo son malas noticias.
Cuando he empezado a articular esta humilde lista de canciones, he ido a titularla como “Canciones para verano”; pero, tal y como se ha puesto la cosa, lo dejo al gusto del consumidor: para o contra el verano. Sea como sea, espero que disfruten.
Residente y Goran Bregović: El futuro es nuestro. No está mal la mezcla de uno de los más conocidos músicos balcánicos (y uno de mis artistas favoritos) con uno de los referentes mundiales de la música urbana. La verdad, es que tengo bastantes ganas de verlo de nuevo en directo. La última vez, fue poco antes de que nos tuviéramos que confinar.
Iggy Pop and The Stooges: 1969. Las buenas críticas del concierto que ofreció recientemente en el Jazzaldia donostiarra son solo una excusa para incluirlo en la lista (aunque tampoco hagan falta justificaciones a estas alturas de partido).
Corizonas: I Wanna Believe. Los han confirmado para el Noroeste Pop Rock coruñés (uno de los festivales gratuitos con mayor solera en la península y que ahora tiene un apellido cervecero por motivos de patrocinio) y me sorprendió que cuando lo dije en el trabajo no los conociera nadie. Pongo esta canción, pero en su momento me quedé muy enganchado a Piangi con me y I’m Alive.
The Who: The Real Me. Resulta que el creador de Masterchef, concurso internacional de cocina para anónimos y famosos, Franc Roddam, es el director de Quadrophenia. Esta película, que nace gracias al disco homónimo de los Who, es imprescindible para entender el movimiento Mod. Puede que nunca les haya llamado ponerse a escuchar esta ópera rock, pero yo, si fuera ustedes, le daría una oportunidad.
Fatboy Slim: Rockafeller Skank. Quentin Leo Cook, más conocido como Fatboy Slim, es músico, productor, uno de los pioneros en el big beat y creador de himnos. Hace poco vi que había participado en la presentación de la nueva camiseta del Brighton and Hove Albion y me apeteció meterlo. Elijo esta canción por ser la más conocida, pero tiene decenas que merecen la pena. Hace años lo vimos en directo en un festival y mete una tralla de cuidado.
Ska-p: El vals del obrero. Si te piden que pienses en uno de los grupos españoles más internacionales de todos los tiempos, es probable que pienses en Julio Iglesias, Raphael, Héroes del Silencio o Rosalía, entre otros. La realidad es que Ska-p es parte de esa lista por méritos propios. Sus eternas giras tuvieron a partir del tercer disco más conciertos por Europa que en España y, con el tiempo, dieron el salto a América Latina, donde sus seguidores son legión. En lo personal, siempre fueron unos tipos estupendos cuando tuve que tratarlos. De esos grupos que sirven para que muchos adolescentes empiecen a pensar.
Berri Txarrak – Jainko ateoa. Hace unos años que decidieron parar y no estaría nada mal que, si les apetece, retomen la cosa donde lo dejaron. Uno de los mejores grupos de siempre en euskera, uno de los referentes de la cultura vasca contemporánea. Con un sonido que, sin dejar el rock y el metal, fue evolucionando y conociendo nuevas fronteras. Con su música, en un idioma minoritario, cruzaron Europa, llegaron a todo el continente americano y alcanzaron territorios lejanos como Oceanía y Asia. En Payola, el disco en el que fueron un poco Black Sabath, incluyeron este Jainko ateoa que es un básico para un servidor.
La Oreja de Van Gogh – Pop. No os voy a mentir: los he seguido más como donostiarra que como fan. Han hecho bandera de nuestra querida ciudad allende nuestras fronteras y eso siempre es un plus. Musicalmente, tienen himnos del pop español de los últimos veinte años y me han enganchado en varios momentos con canciones. Recuerdo el lanzamiento de su disco El viaje de Copperpot como un huracán y elijo Pop porque me divierte cantidad.
Rinôçérôse – Cubicle. En un festival, hace muchos años, en el que curré poniendo copas, tocó este grupo francés. No los conocía y, en mi descanso para cenar, pude verlos y me gustaron un montón. A los que estáis currando en verano poniendo copas: un beso, un abrazo, mucha salud, paciencia y aupa zuek!